«Es el pez de mi vida ». Así define el barbo que el pescador madrileño Rubén Díaz consiguió el pasado año en el pantano extremeño de Cíjara, en concreto a la altura del puente cercano a la localidad pacense de Helechosa de los Montes. El animal, que pesaba casi 11 kilos, es todo un espectáculo de barbo comizo o ‘trompetero’, como así se le conoce en tono coloquial en la jerga de los pescadores deportivos.

Llevaba tres días de pesca en este emblemático lugar extremeño para buscar grandes ciprínidos cuando, el sábado de madrugada, sintió que la caña dio un enorme tirón. El pescador había echado su Snowman de Hot Demon en una antigua pared sumergida sobre las aguas y esperaba que ese lugar le trajese buena suerte, como así fue.

Sobre las 3:00 de la madrugada, hora en la que los pescadores estaban aún despiertos, escucharon cómo su caña de 12 pies con un monofilamento de 0,38 milímetros comenzó a sonar. «El tirón fue fortísimo. Entre los pescadores que íbamos llevábamos unos 30 barbos en los cuatro días que estuvimos, todos de pequeño y mediano tamaño, y la verdad que no nos esperábamos que tuviésemos una picada similar».

Una lucha corta pero intensa

El barbo pescado por Rubén Díaz. © R. D.
El barbo pescado por Rubén Díaz. © R. D.

Comenzaba la lucha. Rubén no podía tener ni un solo fallo o perdería el pez de su vida. «Además, el barbo es una captura que se identifica mucho con mi forma de entender la pesca, puesto que más de nuestra tierra como este pez no hay ninguno, y su forma de comportarse me encanta», confiesa Díaz a este medio.

Cinco minutos duró la batalla, pero fueron trescientos segundos en los que Rubén no separó la mirada del agua: «No separé ni la mirada ni el corazón, porque realmente me palpitaba a una velocidad que parecía que se me iba a salir», describe sobre el emocionante momento en el que acercaba el ciprínido hasta la orilla. Cuando vio asomar su morrillo ‘trompetero’ sobre el agua, sabía que no se trataba de una pieza común: «Era el barbo de mi vida y, en definitiva, la captura de todos mis años. Jamás olvidaré ese momento», manifiesta el pescador a este medio.

Gritos de júbilo al ver cómo asomaba su ‘trompeta’ a la superficie

Tras cansar al animal, lo sacó entre gritos de júbilo a la superficie: «Decidí esperar al día siguiente a hacerme fotografías con él ayudado por mis compañeros, por eso lo metí en un saco de retención y ahí lo mantuve hasta que salió el sol». Tras ello, las preceptivas instantáneas y vuelta al pantano del Cíjara. Un día clave en la vida de este pescador, una jornada que por mucho que pasen los años jamás se le irá de la mente y una noche en la que se obró otra vez el milagro de que el pez más carismático de nuestro país diese una nueva alegría a otro pescador.

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Consejos para pescar barbos

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Pescador junto a un barbo recién capturado. / Foto: Juan Carlos García

El barbo, especie que junto a la carpa se han convertido en una de las más deportivas y deseadas en la pesca de nuestro país, posee una gran fuerza en la arrancada, dejándonos en la retina carreras y luchas inolvidables. Para saber cómo dar con ellos, en qué época es mejor pescarlos y con qué, no dudes en echar un vistazo a este enlace.

Y, por último, otro monstruo de pantano: pesca un barbo de más de 10 kilos en Ciudad Real

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Raúl Gómez, con el enorme barbo. / R.G.

El pescador toledano Raúl Gómez, de 30 años, consiguió hacerse en el pantano de La Torre de Abraham, situado en la provincia de Ciudad Real, con un barbo de 10 kilos 200 gramos tras una dura lucha de más de media hora hasta sacarlo a la orilla. Así nos lo contó.