Cada primavera, el campo se convierte en el escenario de una intensa lucha por la supervivencia. Las crías de muchas especies de fauna silvestre se enfrentan a innumerables peligros, y las madres, como la perdiz roja, dan muestra de su instinto más salvaje para protegerlas. Esta escena, grabada gracias a una cámara de fototrampeo colocada por un cazador, refleja una de esas batallas invisibles de la naturaleza que rara vez se captan con tanta nitidez.
El vídeo muestra a una perdiz roja vigilante mientras sus polluelos beben agua en un bebedero artificial. La tensión es evidente desde el primer instante: un cernícalo merodea con intenciones claras. La madre no lo pierde de vista y, cuando dos de los perdigones se alejan unos metros, reacciona con firmeza abriendo las alas y se lanza hacia la rapaz para defender a su prole. El cernícalo, finalmente, se retira sin presa.
Este tipo de imágenes nos recuerda que estamos en plena época de cría de la perdiz roja, una de las especies más emblemáticas de nuestra fauna cinegética. Cada año, miles de pollos nacen en el monte y se enfrentan a múltiples depredadores naturales, desde aves rapaces como el cernícalo hasta mamíferos carnívoros. La tasa de supervivencia de estos perdigones es baja, y solo gracias a un entorno propicio y protegido logran salir adelante.
Una escena que habla de naturaleza y compromiso
El vídeo no solo refleja un momento salvaje. También pone en valor el trabajo silencioso del sector cinegético en la conservación de la fauna. El bebedero donde se captaron las imágenes es uno de los miles que los cazadores colocan cada verano en sus cotos, invirtiendo más de 17 millones de euros, según el último estudio sobre el impacto económico y social de la caza en España llevado a cabo por la Fundación Artemisan.
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En este caso, el bebedero fue diseñado por Francisco García, un agricultor de Las Cabezas de San Juan, en Sevilla, y desarrollado junto a su sobrino, Manuel Falcón, estudiante de Programación. Fue él quien adaptó el diseño a impresión 3D, optimizando materiales y producción para ofrecer un producto funcional, duradero y más económico.
Un modelo de conservación
La iniciativa, que comenzó como un proyecto familiar, ha tomado vuelo gracias al interés creciente de cazadores y gestores de fincas. En su web, alojada en la Ferretería Judoma, ya comercializan seis modelos basados en el molde Infinity, pensado para fabricar bebederos personalizados que ahorran costes a quienes gestionan fincas.
Estos moldes están diseñados con superficies antideslizantes y una profundidad mínima que evita ahogamientos, lo que los convierte en una herramienta segura y eficaz. Tal y como apuntó Manuel Falcón a Jara y Sedal: «Lo hacemos en 3D. Es un molde que sale más barato que el anterior de metal».
Con herramientas así, el sector cinegético no solo protege, sino que innova, apostando por la conservación real desde el conocimiento del campo y la pasión por la fauna silvestre.