La protección de cultivos frente a la fauna salvaje puede convertirse en un problema para muchos agricultores, pero algunos optan por medidas que cruzan la línea de la legalidad. Es el caso de un hombre de 75 años que ha sido condenado por instalar trampas prohibidas en su viñedo para impedir el acceso de los animales que le causaban daños, y cuya sentencia ejemplifica los riesgos de utilizar métodos ilegales contra la fauna.

El juzgado Penal 1 lo ha declarado culpable de un delito contra la fauna por el uso de cepos y lazos metálicos en su finca, ubicada en Abelenda das Penas, en el municipio de Carballeda de Avia, Ourense. El anciano deberá pagar 1.200 euros de multa, entregar su escopeta a la Guardia Civil y permanecer sin licencia de caza ni pesca durante un año. Además, se le priva de obtener licencia de armas por un periodo de dos años.

Durante el juicio, Moisés reconoció haber colocado las trampas «para repeler a los bichos» en el año 2022, y aseguró que nunca antes había tenido problemas con la justicia: «Nunca tiven nada, estaba libre de todo», afirmó ante la jueza, tras aceptar el acuerdo entre su abogada y el fiscal.

Agentes del Seprona montan un operativo

La intervención tuvo lugar en septiembre de 2022, cuando los agentes del Seprona de O Carballiño inspeccionaron la finca del acusado tras recibir una alerta. Durante su visita, localizaron en el exterior del terreno un lazo de cable de acero galvanizado, y otro similar en la zona colindante, unido a una cadena metálica de unos tres metros.

En el interior del viñedo, además, hallaron dos cepos de acero, elementos prohibidos por su carácter no selectivo. Tres días después, el 22 de septiembre, sorprendieron a Moisés mientras manipulaba directamente las trampas.

Aunque la condena no incluye pena de prisión, sí implica una sanción ejemplarizante por un delito contra el medio ambiente. La Guardia Civil decomisó todos los elementos encontrados, remitiéndolos al juzgado como prueba clave del procedimiento.

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