El Proyecto de Decreto Foral por el que se aprueba el Reglamento para el desarrollo de la Ley Foral 19/2019, del 4 de abril, de Protección de los Animales de Compañía de Navarra traerá consigo un incremento de los daños en la agricultura provocados por los conejos de, al menos, 1,8 millones de euros de aquí a tres años. Es la conclusión a la que llega un exhaustivo estudio realizado por la Federación Navarra de Caza (FNC), que avisa de que la población de hurones empleados para la caza disminuirá considerablemente, debido a que las nuevas normativas -tanto la foral como la nacional- elevarán sobremanera los costes para su tenencia. De hecho, la entidad alerta de que la cifra de los daños en la agricultura seguramente será mayor, dadas algunas consideraciones del informe.

El trabajo emprendido por la FNC ha proyectado cuatro posibles escenarios: que la reducción de hurones sea del 25%, del 50%, del 75% y del 100%. Para ello, ha consultado con los 140 huroneros existentes en Navarra, que poseen alrededor de 1.030 de estos animales. Todos ellos deberán pagar alrededor de un 300% más por los costes veterinarios a los que les obligarán las nuevas normas legales. Se estima que cada hurón caza más de 70 conejos al año y que cada conejo causa 3 euros anuales en daños a los cultivos. El organismo que agrupa a los cazadores en Navarra considera, en base a la citada encuesta, que lo más posible es que la reducción de hurones alcance el 75%. Ello provocará que, en tres años, el número de conejos en Navarra pase de los 800.000 que habría si no se redujera la cifra de hurones, a 1,8 millones de ejemplares.

Pérdidas millonarias

Con esa base, se llega a la tesitura de que la Comunidad foral sufrirá dentro de tres años unas pérdidas en la agricultura de más de dos millones de euros, en el supuesto más pesimista de descenso de hurones, o de 1,8 millones, si la población de hurones bajara un 75%. Según los autores del estudio, este dato refleja «el elevado coste de oportunidad que implicaría la aplicación del nuevo proyecto normativo, en términos de daños a la agricultura, si las medidas biosanitarias dieran lugar a una disminución de la población de hurones».

Asimismo, la FNC remarca que se trata de una previsión conservadora, ya que los daños de los conejos se han calculado sin tener en cuenta la mortalidad natural ni los daños que no son declarados, ya que hay que recordar que hay cultivos no asegurados y otros que no se incluyen en las pólizas. Por tanto, la cuantía de los daños ocasionados por los conejos será, presumiblemente, bastante superior.

En la actualidad, el número de hurones de caza ya es escaso, según la opinión de los guardas de caza, que ven la cifra insuficiente para cubrir el control de las poblaciones de conejos. Por otro parte, el estudio también hace hincapié en que los proyectos normativos en torno al derecho de los animales producirían daños de carácter ecológico, daños directos sobre infraestructuras (los conejos hacen sus madrigueras en sus cimientos) y un aumento del riesgo de transmisión de enfermedades zoonóticas, dada la mayor cantidad de ejemplares.

Los hurones como animales de trabajo

Dos hurones. © Shutterstock
Dos hurones. © Shutterstock

Ante esta situación, la Federación Navarra de Caza plantea dos medidas que podrían paliar el incremento de los daños en la agricultura. La primera sería incluir al hurón como animal de trabajo, lo que implicaría que tuviera un tratamiento sanitario diferente, asociado a su función social. Aragón, por ejemplo, ya lo ha regulado en este sentido. La segunda de las alternativas sería que el Ejecutivo foral asumiera parte o completamente los costes de las nuevas medidas biosanitarias y de identificación animal.

La cifra de daños de conejos del informe es muy prudente, puesto que ha tenido en cuenta las condiciones de los seguros suscritos por agricultores, según las cuales, estos asumen una franquicia del 20% sobre los daños indemnizables. Además, un agricultor suscrito a estos seguros recibirá el 80% del daño ocasionado solo el primer año. La indemnización se rebajará en los años siguientes de manera paulatina, hasta que, si se declaran daños en cuatro de los cuatro últimos años asegurados, el agricultor no recibirá ninguna indemnización.

En el preámbulo de la Ley Foral de Protección de los Animales de Compañía se expone que «no se debe obviar que algunos animales, como en el caso de los perros, desarrollan actividades o colaboran con el ser humano en calidad de animales de trabajo en el ámbito policial, en el rescate de personas, como guías o acompañamiento de las personas discapacitadas, en actividades de caza o de pastoreo de ganado, etc., y esto es también tenido en cuenta en la nueva ley foral».

Las pérdidas por daños en la agricultura provocados por los conejos se producen de forma mayoritaria en la zona de la Ribera y afectan a los municipios de Fitero, Corella, Ablitas, Cintruénigo, Fontellas, Ribaforada, Cascante, Monteagudo, Castejón, Murchante y Tudela.

El informe es obra de Aitor Merino Benito, Rosario Pérez Morote, Carolina Pontones Rosa y Nicolás Urbani Barrios. Han colaborado instituciones como la Federación Navarra de Caza, el Servicio Forestal y Cinegético del Gobierno de Navarra y Agroseguro, además de cazadores federados y guardas de caza. También han aportado sus conocimientos expertos como Christian Gortázar y Carlos Rouco.