Nunca, en la historia de nuestra democracia, la caza y el mundo rural tuvieron un lugar tan relevante en la agenda política. Gracias a la campaña #LaCazaTambienVota que encendió la mecha en Andalucía, la mayor parte de los partidos con peso en España giraron su mirada hacia un sector maltratado y tradicionalmente marginado por la clase política. Esto, unido a las declaraciones de Teresa Ribera, ministra del Ministerio de Transición Ecológica, asegurando que le gustaría prohibir la caza, provocó que compañeros de partido como Emiliano García-Page o Guillermo Fernández Vara saltaran como dos resortes e iniciaran una campaña en defensa de la caza hasta ahora inédita en el PSOE.
Los cazadores y el mundo rural han estado muy presentes en sus respectivas campañas electorales y, como resultado, han recuperado la hegemonía con dos aplastantes mayorías absolutas tanto en Castilla-La Mancha como en Extremadura. Podemos, el partido que más se ha volcado con el animalismo en ambas comunidades, ha desaparecido del mapa político en la comunidad donde gobierna Page. Hay que recordar que esta formación política propuso constantemente medidas anticaza durante la pasada legislatura, y en la pasada campaña, incluso, planteó prohibir cazar a los menores de 16 años. En Extremadura, por el contrario, pasa de tercera a cuarta fuerza política con cuatro irrelevantes escaños. Hay que recordar que Podemos también se volcó con el prohibicionismo animalista, como demostró con sus aportaciones a la nueva Ley de Caza de la comunidad al invitar a una animalista que aseguraba haber visto renos en el Guadiana y que solicitaba prohibir cazar a los mayores de 65 años.
En el resto de comunidades españolas, la mayor parte de los gobiernos estarán formados por PSOE, PP, Ciudadanos o VOX, formaciones políticas que también han manifestado su apoyo a la actividad cinegética durante las pasadas campañas electorales. Por tanto, la mayor parte de los grupos políticos que han apoyado la caza son los que ocuparán las importantes administraciones regionales.

Podemos y el animalismo se hunden en Europa

Por su parte, Podemos y PACMA eran las dos principales formaciones políticas que concurrían a las elecciones abrazando postulados animalistas, tanto en España como en Europa. En el caso del partido que preside Silvia Barquero, todas sus esperanzas estaban puestas en estos comicios, puesto que las encuestas le concedían un escaño, una predicción que tampoco se cumplió. Sus 290.000 votos –30.000 menos que en las pasadas elecciones de abril– no fueron suficientes para enviar a Barquero y sus promesas de prohibir la caza a Bruselas, lo que pone en evidencia el escaso apoyo y amplio rechazo de los españoles a su animalismo.
La formación que lidera Pablo Iglesias, también sufre un duro revés en Europa. En 2014 obtuvo cinco escaños, pero se presentó por separado de IU, que obtuvo seis. Ayer, en la coalición formada por ambos sólo obtuvieron 6. Entre ambas formaciones han perdido cinco eurodiputados. Una de las ausencias de Podemos más señaladas en Europa será la de Vanessa Angustia –iba como número diez de la lista–, que hasta este año ocupaba un escaño de Podemos en el Senado. Suya fue una de las intervenciones más incendiarias contra los ciudadanos que practican la caza en España, a los que criminalizó sin ningún pudor hace unos meses, dejando claro el importante sesgo animalista del partido del que forma parte y que acaba de estrellarse en las urnas.
Por su parte, Ángel López (VOX), el que fuera presidente de la RFEC, tampoco estará en Bruselas al no haber conseguido su formación suficientes votos. La formación de Abascal logró tres escaños, pero Ángel López acudía en sexta posición.