Su presente y futuro debe asentarse sobre cuatro pilares esenciales que hoy, en la época que nos ha tocado vivir, son los que realmente dan sentido a esta actividad primigenia: respeto por la pieza, aprovechamiento de la carne, gestión del medio natural y aventura.

30/10/2018 | Texto: Redacción JyS. Fotos: Ángel Vidal. 

omo sera la caza en el siglo XXI

Aventura

La naturaleza salvaje es el escenario de la caza auténtica.

En los países anglosajones no se habla de caza como lo hacemos en España. Allí aplican desde hace tiempo un concepto más global a la forma en la que el hombre reingresa en la naturaleza para tomar parte de ella. Utilizan el término outdoor para referirse a caza, pesca y supervivencia en el medio natural. Perderse en el monte con un arma y lo necesario para sobrevivir a los elementos durante el tiempo que dura la cacería es una aventura que se puede llevar a cabo también en nuestro país, especialmente si hablamos de especies de mayor y modalidades como el rececho.

Respeto

Honrar la pieza abatida es el principio de la caza.

El animal ha entregado su vida y debemos honrarlo por ello. Las imágenes triunfantes junto al trofeo muerto y las fotografías de interminables juntas de carnes deben pasar a formar parte del pasado y, en cualquier caso, quedar recluidas exclusivamente al ámbito privado. Evidentemente, batidas y monterías siguen siendo necesarias –cada vez más–, pero debemos de ser escrupulosos con la imagen que mostramos. Resulta estéril que, como colectivo, exijamos respeto a una sociedad cada vez más agresiva con la caza si nosotros mismos no somos capaces de profesarlo.

Gestión 

La caza al servicio del medio natural.

Cazar es un acto natural necesario para la conservación y el equilibrio del medio ambiente. Las poblaciones de mayor son cada vez son numerosas, y eso se traduce en un riesgo para la propia naturaleza y los hombres. La caza de animales es necesaria en toda España para alcanzar un correcto equilibrio natural, pero además cumple una función añadida de mejora de la especie al eliminar ejemplares defectuosos y viejos.

Carne

Su origen salvaje es un lujo en el siglo XXI.

Libre de hormonas y antibióticos y procedente de un animal que ha disfrutado su vida en libertad: no hay carne más ética y saludable que la obtenida con nuestras manos en el medio natural. Culminar una aventura de caza con unas hamburguesas de jabalí o un estofado de venado junto a tus seres cercanos es un lujo que, hoy, sólo los cazadores podemos permitirnos. 

Tres lemas del cazador 2.0

Elige el equipo correcto

Cazar con equipos de vanguardia, cada vez más precisos y letales, es una obligación ética al permitirnos mejorar nuestra efectividad como predadores. Con estas herramientas podemos dar muerte a las piezas de una manera más rápida, evitando así sufrimientos innecesarios.

Cueste lo que cueste

La pieza, toda ella, siempre se aprovecha. Cueste lo que cueste. Su muerte siempre debe tener un sentido y un aprovechamiento culinario. El trofeo es un excepcional recuerdo de una jornada de caza que nos recordará el lance y servirá como homenaje al animal cazado, y el resto del cuerpo servirá como alimento tanto a nosotros como a otros carroñeros.

Desafía tus límites

El medio natural es un territorio hostil para el hombre actual, acostumbrado a las comodidades de la vida moderna. Medirse con él supone un desafío tanto físico como psicológico. El rececho de venado selectivo que realizamos en 2017 comenzó cruzando un enorme pantano en unos kayak hinchables y transcurrió por la caja de un río hasta llegar a la zona de caza.