Uno de los protagonistas de la jornada narra para Jara y Sedal cómo este animal con sólo tres patas y unos sensacionales colmillos despertó la sorpresa de todos los presentes.
12/2/2019 | Redacción JyS
La naturaleza nunca deja de sorprendernos y el pasado domingo, 10 de febrero, de nuevo lo hizo en la zona norte de la provincia de Burgos: un jabalí con tres patas y unos gruesos colmillos fue abatido en una montería celebrada en la zona.
¿La causa? ¿Un enganchón en un alambre que acabó con su extremidad? ¿Un antiguo disparo que había conseguido sanar? Misterios de supervivencia de la naturaleza y del mundo cinegético. Lo cierto es que de nuevo un jabalí demuestra su gran fortaleza física y su resistencia en el tiempo a pesar de las dificultades que el día a día le imponga.
Jara y Sedal se ha puesto en contacto con Rubén de la Morena, que estuvo presente acompañando a las rehalas en aquella jornada cinegética. De la Morena, que además es estudiante de veterinaria, ha narrado para este medio cómo este animal despertó la sorpresa de todos los presentes en la montería: «Fui con los perros de rehalero, aunque los animales no son míos» –explica el joven, que acompañó a esta rehala compuesta por grifones, podencos y cruzados de agarre-.
El relato de los hechos
En la batida, además de la citada rehala, había otras cinco. A las 10 de la mañana, como de costumbre, se sortearon los puestos y sobre las 11:30 horas se empezaron a soltar los perros. «El día era muy malo, con mucho viento y algo de lluvia, lo que hizo que se cazasen y fallasen unos cuantos jabalíes de muy buen tamaño» –añade De la Morena-.
Al inicio de la batida, y nada más soltar los perros, se escucharon tres disparos y varias ladras, «en concreto nuestra rehala levantó dos jabalíes al principio, uno de ellos de buen tamaño que se falló». A medida que fue avanzando la jornada los lances se sucedían «pero en nuestra zona no vimos más jabalíes, aunque nuestros perros sí que hicieron otras tres ladras», relata de la Morena.
Al final de la montería y tras cargar los perros acudieron al restaurante para hacer el recuento, «pero faltaban cinco cazadores que estaban buscando un jabalí que se había metido en el monte probablemente herido». Finalmente, tras durante un buen rato intentando dar con el animal ayudados por un par de teckels, encontraron al macareno «tumbado en el suelo». Al cobrarlo vieron que le faltaba la pata delantera izquierda.
Entre 70 y 80 kilos, con sólo tres patas y con unos enormes colmillos
Cuando llegaron al restaurante y el resto de asistentes vieron al animal, comenzaron a hacerle fotos. El animal pesaba entre 70 y 80 kilos y tenía un muñón en la pata delantera izquierda. Además de ello, «era canoso en la parte del dorso, por lo que parecía un jabalí viejo», sigue explicando el joven. Además, «tenía una boca enorme, con unas navajas de al menos 10 cm y también buenas amoladeras».
El afortunado fue un cazador de Bilbao que lo abatió de un sólo disparo «porque el puesto que tenía era estrecho y el jabalí enseguida se metió al monte».
El recuento final de la montería fue de ocho jabalíes, «que podían haber sido más debido a las malas condiciones climatológicas», cinco de ellos cazados desde los puestos y tres tras el agarre de los perros.
Más ejemplos de la gran dureza de los jabalíes
Hace unas semanas Jara y Sedal publicaba un vídeo de un extraño jabalí que carecía de la parte superior de su jeta. Son extraños los casos de jabalíes así, pero a veces aparecen ejemplares que, en la mayor parte de los casos como consecuencia de accidentes, sobreviven sin la parte superior de su mandíbula.
¿Puede ser fruto de un disparo antiguo del que el animal se habría repuesto? ¿Podría tratarse de las consecuencias de un atropello? Lo que queda claro es lo fuertes que pueden llegar a ser estos animales.
En este mismo sentido, también en los últimos días Jara y Sedal se puso en contacto con el cazador que se hizo con otro jabalí sin jeta con unas enormes navajas. Giovanni Antonio Dessi, el cazador que lo abatió, dio a conocer todos los detalles de la historia.
