Hoy hace tres años que Mel Capitán falleció. La efeméride ha quedado grabada en la memoria del colectivo, en el cual la joven cazadora sigue muy presente. Nadie olvida a Mel, convertida en un icono de la defensa de la caza y la cara más oscura del animalismo.

Como ya recordábamos el año pasado en esta misma página, Mel era una chica humilde de 27 años nacida en Badalona que trabajaba en un supermercado y cazaba en su pueblo, era muy popular en las redes sociales desde donde defendió la actividad cinegética con fuerza frente al acoso de los animalistas. Además, su compromiso con la mujer cazadora y los jóvenes la hizo participar en diferentes asociaciones del sector, en la estructura de la Oficina Nacional de la Caza e incluso como bloguera en Jara y Sedal.

Hasta el momento en que decidió dejarnos, ninguna pérdida había removido tanto los cimientos del sector cinegético como la suya. Su marcha tuvo incluso un gran eco en el mundo animalista. Aquellos que se esconden detrás de un teclado para, dicen, defender a los animales, no tardaron en cargar contra la joven en las redes. Hasta el mismo Frank Cuesta le dedicó una carta entonces y en la que reivindicaba algo que muchos parecían haber olvidado: respeto.

Los cazadores se echaron a la calle y homenajearon a Mel Capitán

A los pocos días, una exitosa concentración en la Puerta del Sol de Madrid exigía la reforma del Código Penal con vistas al desarrollo jurídico del delito de incitación al odio. En ella, se homenajeaba la figura de la cazadora recién fallecida.

Los mensajes celebrando la muerte de la joven por parte del colectivo animalista inundaron las redes. La Real Federación Española de Caza se querellaba contra un centenar de ellos y un año después Jara y Sedal tenía acceso a las sentencias del caso: las juezas no veían delito en los insultos a la cazadora y quedarían impunes. Frases como «Yo propongo matar y degollar a todos estos putos cazadores, total solo sirven para hacer el mal. Ojalá se maten todos de la misma manera que esta tía» quedaban amparados por la libertad de expresión.

Su madre, siempre con ella

Esperanza Tomás es la madre de Mel Capitán. El año pasado concedió una entrevista a Jara y Sedal, que se puede leer aquí, cuando se cumplían dos años de su marcha. Como representante de la familia siempre se ha mostrado agradecida con el sector de los cazadores por el enorme cariño que han mostrado hacia su hija. Un apoyo que le ha ayudado a sobrellevar esta dura situación. Tal y como transmitió al equipo de Jara y Sedal, uno de sus deseos es que nunca se olvide a la joven cazadora y el colectivo siga recordándola.

Desde esta redacción sabemos que eso nunca pasará, pues Mel es ya un icono para todos nosotros. DEP, compañera.