Esperanza Tomás descuelga el teléfono con voz contenida. Valiente. La conversación arranca con una serenidad apuntalada. No es una entrevista fácil para ella. Para mí tampoco. De hecho, es la más difícil de mi vida. Pero ambos sabemos que debemos hacerla. Comenzamos a hablar, nos intercambiamos los turnos de tragar saliva entre pregunta y respuesta. Ella siente la necesidad de hacer que la llama de su hija siga ardiendo con la misma fuerza que hace dos años. Yo debo contar a su legión de seguidores cómo están las cosas en casa de los Capitán en el segundo aniversario de su marcha. Un hogar convertido en el epicentro del dolor de un sector para el que Mel Capitán es ya un icono. Un hogar sacudido por la ponzoña del animalismo en el que la palabra Justicia es sinónimo de decepción y desde donde, a pesar de todo, lanzan una arenga a todos los cazadores: «Nunca os rindáis. Nunca dejéis de luchar».

Pregunta. ¿Cómo se encuentra después de estos dos años?
Respuesta. Estoy destrozada. Por la mañana me levanto llorando, por la tarde sigo llorando… no lo asimilo. Todos los días me pregunto ¿Por qué? ¿Por qué se tenían que meter así con mi niña? Estoy yendo al psicólogo. Todos en casa estamos muy mal

P. ¿Qué era la caza para Mel?
R. Para ella lo era todo, la vivía con una enorme intensidad. Y era una buena cazadora. Su padre la enseñó a respetar la naturaleza y a los animales. Todo lo que cazaba lo traía a casa para comerlo, nunca dejaba un animal muerto en el monte… Ella no tenía hijos, pero a sus perros los trataba como si lo fueran. Se desvivía por ellos.

P. Imagino que será consciente de lo que Mel representa para el mundo de la caza. Es un icono para todos nosotros.
R. Sí, soy consciente. Tengo la suerte de hablar a través de Facebook con muchos cazadores que la quieren. Me apoyan mucho, juntos la recordamos, me dicen que cada vez que salen al monte ella les acompaña, y para mí es un alivio. Es un consuelo ver que luchan por ella y por lo todo por lo que ella peleó.

P. ¿Cómo ha vivido su familia esta respuesta del mundo de la caza?
R. Con mucha gratitud, aunque es algo que nos ha afectado mucho. A mi nieta, por ejemplo, le gusta mucho la caza también. El día que falleció mi hija los animalistas ya se metían con ella y le decían: «Tú vas a acabar como tu tía». Su madre, mi otra hija, tiene miedo, pero a ella le gusta mucho y cada vez que puede sale a cazar, su padre también es cazador.

P. ¿Miedo del acoso de los animalistas?
R. Sí. Tiene miedo de eso, por eso le piden que no ponga cosas de caza en sus redes sociales.

Esperanza Tomás.


P. ¿Usted cree que las presiones animalistas fueron las que llevaron a Mel tomar aquella decisión?
R. Por supuesto que sí, tienen mucha culpa. Mi niña estaba muy acosada por los animalistas. Le rajaban las ruedas del coche, le pintaban la pared de su casa, iban a su trabajo y la llamaban asesina… Así estuvo unos cuantos años. Ella una era una cría, sufrió una presión muy fuerte y entró en depresión y…

P. Supongo que es difícil entender cómo pueden desarrollar ese odio y ese deseo visceral de imponer sus creencias quienes a su vez dicen defender a los animales…
R. Yo, sinceramente, no lo entiendo. Lo hemos vuelto a ver hace poco, cuando entraron en un matadero pidiendo que no se matara a las reses. Si ellos no quieren comer carne ¡que no coman carne!, pero cada uno de nosotros tiene la libertad de elegir lo que quiera. Me parece estupendo que se luche contra el maltrato de los animales, es lógico, pero estos animalistas lo hacen ignorando el maltrato a las personas.

P. ¿Qué piensa de quienes acosaron a su hija y celebraron su muerte?
R. Deseo que pasen el dolor que estoy pasando yo y toda mi familia.

P. ¿Qué mensaje les enviaría?
R. Como me dijo una vez mi hija, «al que le guste comer zanahorias, que coma zanahorias, y al que le guste comer pescado, que coma pescado». Que cada uno haga lo que quiera, pero que dejen de meterse en la vida de los demás porque lo único que han hecho es daño, mucho daño, a una chica que era maravillosa, que tenía un corazón grandioso y amaba a los animales.

P. ¿En qué estado están las acciones judiciales que emprendieron contra ellos?
R. Estamos a la espera. La primera querella que presentamos no la admitieron a trámite, ahora lo hemos vuelto a plantear por otra vía… Aunque estos temas los lleva mi otra hija, no quiere que yo esté pendiente de todo este papeleo.

P. ¿Cree que se va a poder hacer justicia con los insultos recibidos?
R. Ya me gustaría, porque sería lo normal o, al menos, lo lógico, pero creo que hay mucha gente importante metida en esto intentando que no se haga justicia. No entiendo cómo algo así puede quedar impune.

Los padres de Mel Capitán.


P. Dentro de la desgracia ¿hay algo que le haya servido de consuelo en todo este tiempo?
R. Sí, el calor de los cazadores. He ido a manifestaciones, como del año pasado en Barcelona, donde se luchaba por los derechos de los cazadores y vi cómo dedicaban todo aquello a mi hija. La cariñosa respuesta de los cazadores, que se han volcado con ella, ha sido muy importante durante este tiempo.

P. ¿Y se ha sentido defraudada por alguien?
R. Desde luego, me he sentido defraudada por la Justicia. Hace dos años que sucedió esto y ya tenía que haberse resuelto, pero no ha sido así. Como te decía antes, tengo pocas esperanzas.

P. ¿Cómo le gustaría que se recordase a Mel?
R. Como una mujer querida por los cazadores que amaba la naturaleza y los animales y que luchó por la caza. Una chica buena con un corazón enorme.

P. Ya para terminar ¿qué le diría a otras jóvenes cazadoras que también están siendo acosadas en las redes por los animalistas?
R. Que sigan luchando como luchaba Mel. Que sigan luchando y que no se dejen vencer, pero que no hagan ninguna tontería como hizo mi hija. Que nunca se rindan porque lo que hacen, cazar, no es nada malo.

P. Muchas gracias y muchísimo ánimo en nombre de todos los cazadores.
R. Gracias a vosotros.