Arqueólogos del Instituto de Evolución en África (IDEA) han demostrado, mediante el uso de inteligencia artificial, que los primitivos humanos se cobraban sus propias piezas, y no eran únicamente carroñeros. Estos expertos han publicado en una revista científica las conclusiones de un trabajo de años, en el que, por medio de la inteligencia artificial, han logrado demostrar que aquellos primeros humanos eran cazadores.

El estudio, publicado el pasado 18 de octubre en la revista científica ‘PeerJ’, ha estado dirigido por los doctores Manuel Domínguez-Rodrigo –catedrático de Prehistoria de la Universidad de Alcalá de Henares y profesor visitante en la Universidad de Rice (Houston)–, y Enrique Baquedano –director del Museo Arqueológico y Paleontológico de la Comunidad de Madrid–.

Según han señalado al diario ABC, Baquedano y Domínguez-Rodrigo llevan años excavando en la garganta de Olduvai (Tanzania), en el corazón de África y la cuna de la humanidad, donde dieron sus pasos los primeros ‘homos’. Desde 2006 dirigen un equipo internacional encargado de buscar, localizar y analizar cualquier resquicio sobre aquellas primeras agrupaciones de los considerados primeros ‘homo’.

Un algoritmo inteligente

Manuel Domínguez-Rodrigo defiende en el estudio que el ‘homo habilis’ era cazador de piezas pequeñas como gacelas o antílopes. La misma tesis que ahora han podido demostrar. Para ello, han utilizado la inteligencia artificial con la que diseñar una «máquina de leer» a la que «mediante un algoritmo se le ha enseñado a distinguir las huellas que dejan los dientes de félidos o las hienas» sobre los huesos de las presas halladas en el yacimiento DS de la garganta de Olduvai.

Según recoge el citado medio, las conclusiones del estudio confirman las hipótesis planteadas en la tesis doctoral de Lucía Cobo, autora principal del artículo y también miembro del IDEA: no existen marcas de felinos en la mayoría de los animales consumidos por los primeros seres humanos, lo que indica que los homininos fueron los consumidores primarios de la mayoría de los animales acumulados en el yacimiento, posiblemente a través de la caza.