Cada primavera, se suceden en nuestros cotos imágenes como la siguiente: un corcino con pocos días de vida que parece estar abandonado. Pero, en realidad, no lo está, y si lo tocas, podrías estar condenándolo a una muerte casi segura.

En esta grabación, que el hombre ha compartido a través del grupo de Facebook Amigos y Reclamistas, éste se acerca al pequeño cérvido con sumo cuidado: «Vamos a ver una de las cosas más bonitas que tiene la naturaleza», comienza describiendo el cazador, acercándose lo máximo a la pieza con la cámara pero sin llegar a tocar el corcino. «Recién nacido, ¿qué os parece?», pregunta al grupo de esta red social.

Recordamos que su madre, siempre de manera discreta y desde lejos, observa a su cría constantemente para hacer que pasen desapercibida ante depredadores como el zorro.

Tal y como recordaba la Asociación del Corzo Español (ACE) hace unos días en un comunicado del que se hizo eco este medio, incluso entre la población rural de las zonas de reciente colonización, donde se desconocen las particularidades de su biología, ocurre que pastores y agricultores recogen estos corcinos para confiar su amamantamiento a una oveja o una cabra, con lo que el pobre animal acaba su vida en dos o tres días presa de unas terribles diarreas.

No, no debemos tocar a los corcinos. Debemos dejarlos donde están porque no se encuentran abandonados. Su madre llegará tarde o temprano para alimentarlos y no se deben tocar, ya que pueden impregnarse de nuestro olor y su madre puede abandonarlos. Tampoco hay que permanecer en la zona mucho tiempo, ya que de nuevo impregnamos el entorno de olor que la madre puede rehusar, y puede atraer a depredadores oportunistas, como el zorro.

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