En las últimas semanas se han encendido las alarmas entre los propietarios de perros en nuestro país por culpa de la dirofilaria immiti, enfermedad conocida como gusano del corazón. Esta enfermedad procede de un parásito cuyo riesgo de infección se sitúa en niveles moderados/altos, por lo que la alerta va in crescendo en las últimas fechas en toda la geografía española. Pero, ¿por qué se está extendiendo tan rápido precisamente ahora?

Un grupo de científicos de la Facultad de Veterinaria de la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria (ULPGC) y de la Facultad de Farmacia de la Universidad de Salamanca ha realizado un estudio para analizar la epidemiología del gusano del corazón. Éste destaca que las enfermedades transmitidas por vectores se están «extendiendo rápidamente por Europa».

Factores como «el cambio climático, la expansión de los vectores y la mayor movilidad de los animales reservorio» han favorecido en los últimos tiempos la expansión de la enfermedad. Las provincias con mayores prevalencias fueron, según el estudio, Tenerife, Ibiza, Gran Canaria y La Palma. Pero, ¿qué es realmente esta enfermedad y cuáles son sus síntomas en nuestros canes? Y, sobre todo, ¿cómo puede afectar ésta a tu perro de caza?

¿Cómo detectar los síntomas de la filariosis en tu perro?

Si notas que a tu perro le falta energía, que se cansa frecuentemente, que está casi siempre tumbado, que de vez en cuando tose de forma blanda y seca y además se está quedando muy delgado a pesar de que come con el apetito habitual… todos estos pueden ser síntomas de esta enfermedad. Además, si has probado varios tratamientos –contra la bronquitis, la neumonía, la insuficiencia cardiaca…–, pero no responde a ninguno, también pueden ser signos inequívocos de estar afectado por el gusano del corazón.

Es entonces cuando deberás acudir al veterinario para tomarle una muestra sangre y hacerle pruebas para ver si padece filariosis, la enfermedad en la que su corazón puede ser invadido por gusanos y en la que es necesario actuar cuanto antes. 

¿Cómo contraen los perros el gusano del corazón?

Perro de caza.
Perro de caza. © Shutterstock

La filariosis arranca con la picadura de un mosquito. Una vez inoculadas en el torrente sanguíneo, las microfilarias –larvas del gusano– se vuelven muy activas, multiplicándose rápidamente. El sistema inmunológico del nuestro perro poco puede hacer para detener al invasor, que avanza por el torrente sanguíneo con un destino: el lado derecho del corazón.

Allí, los gusanos adultos, que pueden llegar a medir hasta 30 centímetros y vivir más de cinco años, se alojan y provocan, sin que apenas lo notemos, que el corazón se colapse, la circulación se detenga, los pulmones se encharquen y, si la ciencia no lo remedia, su vida toque a su fin. Desde que el mosquito, que antes ha tenido que picar a otro can ya enfermo, ha inoculado su ‘carga’ en el animal hasta que se desarrollan las formas adultas pueden pasar siete meses.

Lo que ahora notamos empezó seguramente a principios de verano. Por ello, es al inicio de la primavera cuando debemos poner los medios para que esta enfermedad no tenga lugar, sobre todo si vivimos en zonas de prevalencia alta. A los vectores les va bien el buen clima y la humedad.

¿Cómo prevenir el contagio de la enfermedad del gusano del corazón?

Perro de caza. © Israel Hernández
Perro de caza. © Israel Hernández

Los perros de caza a menudo comparten el mismo entorno con el mosquito, por lo que mantenerlos alejados de ellos es difícil. Evitar humedales y zonas encharcadas disminuye las probabilidades de ser infectado. Si nos hallamos en zonas de riesgo lo recomendable es acudir al veterinario para que le realice un test rápido y así saber si el animal es positivo o no a la enfermedad.

Si está ‘limpio’, y sólo si lo está, aconsejará el mejor tratamiento preventivo, que puede consistir en una vacuna anual, la administración mensual de una pastilla (Cardotek) o la aplicación, también una vez al mes, de unas pipetas (Stronghold) durante el período de actividad de los mosquitos.

¿Qué pasa si mi perro es positivo a la filariosis?

Perro de caza.
Perro de caza. © Israel Hernández

Primero: realizar pruebas.

Como es obvio, deberás llevar a tu perro al veterinario, donde lo someterán a una batería de pruebas con el fin de conocer su estado general, de modo que sepamos si otros órganos tan vitales como los riñones y el hígado han sido también afectados. Si es así habrá que estabilizar al animal.

Segundo: ver el grado de afección

Se practicarán radiografías torácicas y electrocardiogramas para visualizar el estado del sistema circulatorio (vasos y corazón) así como de los pulmones. Dependiendo del pronóstico se usará un protocolo u otro.

Tercero: destrucción de los gusanos adultos

Para ello se aplicará una primera dosis en inyección intramuscular de Immiticide bajo estricta supervisión profesional, incluida la hospitalización. ¿Por qué? Porque tras esta primera inyección hay un elevado riesgo de tromboembolismo, de formación de coágulos por el efecto obstructivo de los parásitos, de ahí que es crucial confinar al animal en una habitación bajo reposo absoluto o mínimo ejercicio. El tratamiento no está exento de efectos secundarios, puede ser incluso doloroso, por lo que se tendrán que administrarse analgésicos. Los gusanos adultos muertos se descompondrán y serán reabsorbidos por el organismo.

Cuarto: nuevas inyecciones

Al mes de la primera dosis, habrá que poner dos nuevas inyecciones en un intervalo de 24 horas, con las mismas precauciones que en la primera, ausencia de ejercicio y monitorización continua por el veterinario.

Quinto: destrucción de las larvas

Transcurrido otro mes pasaremos a destruir las larvas, se comenzará entonces el tratamiento oral con comprimidos a base de Ivermectina.

Sexto: operación para los casos graves

En aquellos casos más graves se optará por la cirugía para retirar la carga de parásitos.

Séptimo: medicación preventiva

Superado el tratamiento se mantendrá al perro con una medicación preventiva por vía oral que destruya las posibles microfilarias existentes en el torrente sanguíneo. Durante el tratamiento se estimularán las defensas y se prescribirá una dieta especial.