La Guardia Civil ha abierto una investigación contra un hombre de 56 años, residente en La Galera (Tarragona), acusado de emplear cebos prohibidos en una zona agrícola. Según informó el Instituto Armado este lunes, se trata de un supuesto delito contra los recursos naturales, la fauna y los animales domésticos, al haber tratado de acabar con los conejos con un método no selectivo y que puede afectar a multitud de especies.

El Servicio de Protección de la Naturaleza (SEPRONA) inició la investigación a mediados de enero, tras localizar sospechosos comprimidos dispersos en una explotación agrícola de La Galera. Estos cebos estaban posicionados estratégicamente en zonas de paso habituales de conejos, lo que, según las autoridades, evidencia una intención deliberada de causar daño a la fauna silvestre de la zona.

Identificación del responsable

Tras varios operativos de vigilancia en la finca afectada, los agentes del SEPRONA identificaron el pasado 23 de enero al presunto autor de los hechos. El hombre, encargado del mantenimiento de la explotación agrícola, fue localizado en el mismo terreno donde se habían detectado los cebos envenenados. En ese momento, la Guardia Civil le informó de que estaba siendo investigado por un delito contra el medioambiente.

Las pastillas encontradas, concretamente de rodenticida -también conocidas comúnmente como raticida- son un potente veneno que, además de afectar a los conejos, puede tener consecuencias devastadoras para otras especies de fauna silvestre y doméstica que entren en contacto con el producto. Este tipo de prácticas no solo constituyen una grave infracción legal, sino que también representan un riesgo significativo para el equilibrio ecológico de la zona.

Consecuencias legales

Las diligencias del caso ya han sido remitidas al Juzgado de Instrucción en funciones de guardia de Amposta y a la Fiscalía de Medio Ambiente. El hombre investigado podría enfrentarse a sanciones graves por el uso de cebos envenenados, ya que estas acciones están tipificadas como delito en el Código Penal español.

Las penas por este tipo de infracciones pueden incluir multas económicas significativas, inhabilitación para actividades relacionadas con la caza o incluso penas de prisión en los casos más graves.

Impacto en la fauna y la biodiversidad

El uso de venenos como el rodenticida en entornos naturales tiene un impacto especialmente dañino en el ecosistema. No solo afecta a las especies objetivo, como los conejos en este caso, sino que también puede envenenar indirectamente a depredadores y carroñeros que consuman los restos de los animales afectados.


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La Guardia Civil ha reiterado la importancia de la colaboración ciudadana para detectar y prevenir prácticas como el uso de cebos envenenados. Desde el SEPRONA se hace un llamado a denunciar cualquier actividad sospechosa relacionada con el furtivismo o el uso de métodos ilegales de control de fauna.

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