En algunas especies de murciélagos de los Países Bajos están presentes los Lyssavirus del murciélago europeo (EBLV). Estos se corresponden a los virus de la rabia y los mamíferos, en los que incluimos a los seres humanos, pueden ser contagiados de ellos. Así le ha pasado esta vez a un gato que ha supuesto un peligro para varias personas.

La infección por Lissavirus podría llegar a ser mortal si no se recibiera el tratamiento adecuado. En este contexto, un reciente artículo se ha dado a conocer la detección del EBLV tipo 1 (EBLV-1) en un ejemplar de gato que actuó con un comportamiento alterado después de haber estado en contacto, supuestamente, con un murciélago.

El informe, en concreto, data del 25 de octubre de 2024 y las pruebas que este refleja confirmaron dicha infección en un gato doméstico con acceso al exterior en los Países Bajos.

Contagiado por capturar un murciélago

Tal y como ha explicado el propietario del animal, fue el 22 de octubre cuando este empezó a comportarse de esa extraña manera. Pasado un día, el gato se volvió agresivo y decidió llevarlo al veterinario local. Allí, los profesionales le recetaron sedantes y analgésicos y el felino fue aislado.

En la consulta, los propietarios le contaron al veterinario que habían hallado un murciélago muerto en casa, en torno a unas tres semanas y media antes de esa fecha, que muy probablemente había sido cazado por el gato.

Al ver que el animal no mejoraba, ni siquiera con la medicación, y teniendo en cuenta sus síntomas clínicos así como el hecho de haber estado en contacto con un murciélago, el veterinario sospechó que podría tratarse de una infección por rabia.


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De este caso, por lo tanto, dieron aviso a las autoridades competentes neerlandesas, por una parte a la Autoridad de Seguridad Alimentaria y de Productos de Consumo de los Países Bajos (NVWA)y al Servicio de Salud Pública (GGD) y el Instituto Nacional de Salud Pública y Medio Ambiente (RIVM).

Por último, el informe concluye que «el murciélago había sido desechado y no se había enviado a un centro de diagnóstico de Lyssavirus, ni se había identificado la especie del murciélago». «El gato no había sido vacunado contra la rabia», destaca el texto.

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