La joven ganadera de los Picos de Europa Kaelia Cotera ha protagonizado un nuevo vídeo en el que critica la ley animalista puesta en marcha por el Gobierno -y a la que le queda un último paso en el Congreso de los Diputados en los próximos días para ser aprobada- y las consecuencias que esta norma tendrá para el mundo rural.

«No es que se nos haya ido de las manos, es que se nos fueron hace mucho tiempo los temas de los animales», comienza denunciando en la grabación la propietaria de Ganadería Cambureru. «Según la nueva Ley de Bienestar Animal, me he dado cuenta que tiene mejor cobertura un perro o un gato que un niño del medio rural. Simplemente por el hecho de que mismamente mi hijo solamente tiene pediatra un día a la semana, igual que el resto de niños del Oriente de Asturias», defiende Cotera. Y recalca que «la gente mayor tiene que irse de los pueblos para estar más cerca de los centros sanitarios».

«Yo voy a tener que anular los instintos de mis perros o gatos, igual que todo el mundo tendremos que anular algo tan básico como el apareamiento de los animales porque a alguien se le ha puesto en las narices que sea así, mientras enseñamos a nuestros hijos la libertad sexual de que pueden tener inmensidad de medios, que están bien, pero es chocante», sigue criticando la ganadera norteña.

Y destaca: «Hace un tiempo, una chica me enseñó un trabajo que le mandaron a su hija adolescente en el colegio, en el que le preguntaban que si ella tenía novio, salía de fiesta y se emborrachaba, si se liaba con otro se lo contaría. ¿En serio llegamos a ese punto y por otro lado anulamos el instinto tan básico de los animales? Es totalmente chocante», expone la joven ganadera.

Por último, destaca otros casos como el del joven que debió recoger sus burros porque sus vecinos le habían denunciado porque «tenían frío». «¿Nos da pena que un burro tenga frío en una finca y no una persona sin techo? ¿Le damos más importancia a una señora vegana a cuya hija la obligaron a vestirse de pescadora mientras en otra parte del mundo ha habido un terremoto y hay niños que se han quedado huérfanos? ¿En serio estamos creando una sociedad tan hipócrita?», se preguntaba.

«Nos extinguimos fijo, porque estamos creando una sociedad de gilipollas. Paz y amor y libertad sexual para todos», finalizaba la propietaria de Ganadería Cambureru.