El joven Jorge Rey saltaba a la fama en 2021 tras predecir la llegada de la borrasca Filomena utilizando un método tradicional: las cabañuelas. Si bien estamos viviendo semanas con una temperatura en descenso, en algunos lugares de nuestro país por debajo de lo normal, la predicción que hizo para este año ya se puede dar por fallida.

«La nueva Filomena estaba prevista para este lunes 24 de enero. Era extremadamente improbable que sucediera y el tiempo ha dado la razón a la ciencia», señalan en el portal Meteored. En la misma web aseguran que resulta imposible predecir una nevada de este tipo a largo plazo, es decir, con más de dos semanas de antelación: «Ni recurriendo a métodos tradicionales, ni a los modelos numéricos que nos permiten anticipar la evolución futura del complejo sistema atmosférico». 

Los expertos añaden que «lo más probable –aunque el clima está cambiando– es que pasen varios decenios hasta que acontezca algo parecido».

¿Qué son las cabañuelas y cómo aprendió Jorge Rey?

Rey aprendió este método de un pastor de su pueblo que le enseñó cómo ponerlo en práctica hace ahora siete años: «Es una forma de barruntar el tiempo a tan largo plazo que trata solamente de observar la naturaleza (…) desde las nubes, la humedad en las rocas, los pájaros o los insectos…», argumentaba el joven tras ser preguntado por Antena 3 a finales del pasado mes de diciembre.

Las cabañuelas tienen su origen en la fiesta judía de los Tabernáculos o Sucót y se llevan a cabo aplicando distintas metodologías, dependiendo de la región y de la persona encargada de elaborarlas -habitualmente pastores y gente con un fuerte arraigo al medio rural-. En España, las más habituales son las cabañuelas de agosto, basadas principalmente en la observación del comportamiento de la atmósfera durante los primeros 24 días de ese mes.

Las anotaciones del cabañuelista, como se les conoce a quienes utilizan este método para pronosticar el tiempo, del día 1 de agosto lo relacionará con la previsión esperada el mes de enero del año siguiente. Lo ocurrido el 2 de agosto con febrero, y así sucesivamente hasta llegar al día 12, que se corresponde con la previsión de diciembre del año siguiente. Del 13 al 24 de agosto repiten la operación, pero invirtiendo el orden, de manera que el día 13 de asocia a diciembre, el 14 a noviembre y así hasta completar la segunda docena de días -hasta el 24-. Esta segunda ‘vuelta’ se conoce como retornás o contracabañuelas, y les permite ‘afinar’ el pronóstico.