La depredación es un tipo de interacción ecológica en la que un animal –el depredador– caza a otro animal de una especie distinta –la presa– para alimentarse de ella. Esta relación biológica es una de las causas del histórico conflicto entre el hombre y ciertos depredadores silvestres, que son percibidos como una amenaza para el aprovechamiento de las especies cinegéticas y/o el ganado. Además, la depredación puede ser un factor determinante del éxito reproductor y del estado de conservación de algunas especies presa, especialmente si dichas especies ya se encuentran en declive por otros motivos, generalmente de origen antrópico.
La resolución de este tipo de conflictos pasa por el llamado “control de depredadores”, una práctica de gestión cinegética que consiste en reducir las poblaciones de ciertos depredadores oportunistas, como el zorro (Vulpes vulpes), para evitar una abundancia excesiva y un impacto asociado sobre determinadas especies presa. Sin embargo, el control de depredadores mediante la práctica de la caza es una práctica relativamente costosa, supone la muerte de los depredadores, tiene efectos negativos sobre los ecosistemas y la efectividad y selectividad de los métodos legales empleados no siempre son las deseadas.
Por lo tanto, existe una necesidad mundial de métodos alternativos no letales para el control de las poblaciones de depredadores oportunistas que llegan a suponer un problema para la conservación de la biodiversidad.
Investigadores de la University of Turku (Finlandia), la University of Sidney (Australia), la Universidad de Córdoba y el Grupo de Investigación en Gestión de Recursos Cinegéticos y Fauna Silvestre del Instituto de Investigación en Recursos Cinegéticos (IREC – CSIC, UCLM, JCCM), como parte del proyecto SOTKA del Ministerio de Agricultura y Silvicultura de Finlandia, han llevado a cabo un extenso experimento de campo en el sur de Finlandia para probar dos métodos que podrían reducir la depredación sobre nidos de aves acuáticas (que anidan en el suelo) por parte de depredadores oportunistas y, por lo tanto, servir para proteger a determinadas especies presa sin que ello suponga la muerte de los depredadores.
El experimento se llevó a cabo con nidos artificiales, y los métodos testados fueron el camuflaje químico y la aversión condicionada a la presa. El camuflaje químico consiste en esparcir un olor similar a la presa en un área para que los depredadores se habitúen a él y lo acaben asociando a la ausencia de recompensa y a una búsqueda improductiva de alimento, ya que les resulta más difícil, encontrar a la presa. Por su parte, la aversión condicionada consiste en usar sustancias químicas en la presa (o en una imitación de esta) que produzcan un efecto adverso desagradable no letal –tipo vómitos, nauseas y/o diarrea– en el depredador, de modo que éste aprenda a rechazar esta presa en encuentros posteriores.
En los primeros sitios de tratamiento, los investigadores esparcieron el olor de las aves acuáticas en las áreas de humedales. Con el camuflaje químico, los investigadores estudiaron si grandes cantidades de olor a presa en el área evitaban que los depredadores encontrasen los nidos artificiales. En otras áreas, los científicos usaron huevos artificiales que contenían un agente aversivo que causaba náuseas, con el objetivo de condicionar a los depredadores para que creyeran que los huevos de las aves no eran comestibles. Los investigadores también utilizaron sitios control (o de referencia) para controlar cualquier posible perturbación sobre los resultados.
El estudio mostró que ambos métodos disminuyeron la depredación de los nidos artificiales de aves acuáticas por parte de los zorros rojos, pero no se observó un efecto similar con los perros mapache, una especie exótica invasora en Finlandia. Los resultados fueron similares con los huevos que contenían un agente aversivo, aunque el efecto observado fue menos claro.
Los resultados de este trabajo indican que tanto el camuflaje químico como la aversión condicionada a la presa podrían ser métodos no letales para reducir la depredación de nidos de aves acuáticas vulnerables y en peligro de extinción. El siguiente paso será estudiar si los resultados observados con los nidos artificiales también pueden conducir a la conservación de nidos reales y, a través de ello, aumentar la productividad y finalmente las densidades de las especies de aves amenazadas cuya conservación está en riesgo por un exceso de depredación.
Puedes consultar la revisión científica de este trabajo de investigación en:
- Selonen, V., Banks, P. B., Tobajas, J., Laaksonen, T. 2022. Protecting prey by deceiving predators: A field experiment testing chemical camouflage and conditioned food aversion. Biological Conservation 275, 109749.