Mismo, lugar, misma escopeta, mismo morral pero con distinto cazador y perro. Ambos, descendientes de los protagonistas que aparecen en la foto. Trinitario Pérez (86) y su nieto José Antonio Villar (23) protagonizan esta bonita historia que se repite en cientos de miles de hogares españoles con la pasión por la caza pasando de generación en generación.

23/11/2019 | Redacción JyS

Abuelo y nieto, con la antigua y nueva foto con la misma escopeta y morral. / JyS
Abuelo y nieto, con la antigua y nueva foto con la misma escopeta y morral. / JyS

Hoy traemos una de esas entrañables historias de cazadores que recuerdan que la la caza es una actividad que pasa de una generación a otra manteniendo viva la llama de su pasión. El tiempo desgasta a los hombres, pero nunca puede acabar con el brillo que la actividad cinegética provoca en los ojos de aquellos que tienen la fortuna de ser tocados por su magia. Un testigo que pasa de padres a hijos desde la noche de los tiempos, a sabiendas de que será una fuente constante de ilusión y felicidad.

Los protagonistas son Trinitario Pérez (86), Bienvenido Pérez (56), José Antonio Villar (23) y una vieja escopeta marca Sarasketa. Abuelo, tío y sobrino, han compartido ilusiones y momentos únicos con este arma desde que el primero se hiciese una foto en blanco y negro apuntando con ella hace 56 años. El joven José Antonio, ha querido homenajear a su abuelo realizando una foto con la misma escopeta, canana, morral y con una descendiente directa de la perra que aparece en la imagen. La imagen ha sido tomada en el mismo sitio, un pequeño pueblecito de León llamado Herreros de Jamuz, donde tan sólo hay 41 habitantes censados.

«Mi abuelo era cazador, luego cedió la escopeta a mi tío Bienvenido, y él lo hizo conmigo», relata José Antonio a Jara y Sedal, lamentándose de que su abuelo no pueda hablar al sufrir alzheimer. «El año pasado dejé de usar el arma y la sustituí por otra, pero quiero que siga siendo motivo de unión familiar en torno a la caza, quiero que pase a más generaciones», confiesa el joven cazador.

Relata que para ellos los perros siempre han sido una de las partes más importantes de la caza, y han mantenido la misma familia perruna a su lado desde hace más de medio siglo: «Mi abuelo Trinitario tenía un cruce de sabueso con podenco, algo que pasó a mi tío y posteriormente a mí, aunque con un cambio significativo, y es que los hemos ido cruzando con podenco portugués porque no queríamos que tuvieran tanto rastro en las salidas», detalla el joven José Antonio.

Las sabias enseñanzas de Trinitario Pérez

escopeta abuelo nieto
Imagen de abuelo y nieto en la actualidad. / JyS

Estar al lado de Trinitario Pérez, al igual que sucede con la mayoría de cazadores veteranos, es estar al lado de un libro abierto lleno de consejos, anécdotas y aventuras sobre las cacerías de hace medio siglo. Todo un privilegio para su nieto. «Mi abuelo me ha transmitido que antes cazaba mucho la liebre y que, por ejemplo, iban, la levantaban, se sentaban en un árbol y esperaban a que los perros le dieran la vuelta y la pasaran por delante de ellos. Podían estar media mañana allí esperando a que eso sucediese, y solamente con ello disfrutaban», recuerda.

Se trata de esas pequeñas cosas que hacen grande a este mundo: «Mi abuelo no se cansaba de repetir y repetir que el valor del respeto a los demás y a la naturaleza es el más importante para un cazador. Ahora cazamos mucho el jabalí, pero en su época no se acostumbraba a esa caza, por lo que estaban acostumbrados a andar mucho y a respetar a todo y a todos», argumenta Villar.

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José Antonio Villar, ya con su nuevo rifle y su primer jabalí. / JyS

La veteranía, un grado fundamental en el mundo cinegético

La veteranía siempre ha sido un grado fundamental en el mundo cinegético, tal y como Jara y Sedal ha recordado en numerosas publicaciones. Situaciones como las del cazador más viejo del mundo abatiendo un ciervo a los 105 años dan muestra de la gran pasión que despierta esta afición. En el citado documento gráfico se puede ver cómo el anciano, que se aficionó al jubilarse, a los 65, ahora con 105 continúa saliendo al campo para cazar.

También célebre fue el vídeo de esta anciana cazando ciervos a sus 100 años. Otra noticia que tuvo impacto en este medio fue la del anciano de 95 años que mató a un zorro rabioso que le atacó. El animal cargó contra el hombre mientras este último arreglaba la valla de su jardín. Tuvo que defenderse con lo único que tenía a su alcance.

https://revistajaraysedal.es//fotos-antiguas-caza/