La historia que narramos a continuación es un ejemplo más de cómo el mundo cinegético es un factor clave para el sostenimiento del mundo rural y de la agricultura. Está protagonizada por un descomunal jabalí de 132 kilos de peso que estaba destrozando los campos de un agricultor en la Región de Murcia.

El cazador Mariano Cascales, natural de la localidad de Moratalla, regresaba una noche de verano a casa después de una espera de jabalí exitosa y se encontró en el camino con un agricultor que se acercó a su paso para mostrarle su desesperación a causa de los daños que le estaban ocasionando los jabalíes en su explotación de almendros.

«Aquella noche, el agricultor estaba dando vueltas con su coche, tocando el cláxon para ahuyentarlos, ya que quedaban cuatro días para que se cogiesen las almendras y se las estaba haciendo comiendo», relata el cazador a Jara y Sedal. Por ello, éste respondió que contase con él para poder controlar la población.

Los cazadores logran acabar con los daños de los jabalíes al agricultor

De esta manera, Mariano se acercó a la zona junto con otros cazadores y abatieron media docena de jabalíes, consiguiendo que el agricultor pudiese recolectar sus almendras sin más pérdidas. Pero una tarde, Mariano se percató de que en un rincón de la plantación había huellas recientes de un descomunal jabalí. «Me surgió en ese momento el interés por seguirle la pista, investigué su paso durante unos días hasta que decidí esperarlo, con la suerte de poder abatirlo en el primer intento», relata Mariano.

Aquella noche de espera fue apasionante, aunque no tuvo que esperar mucho tiempo hasta que apareció el enorme animal, de 132 kilos de peso, al que abatió de un certero disparo. Pero, sin duda, lo más sorprendente llegó cuando fue a cobrar la pieza, ya que tenía en su lomo, aún sangrantes, heridas de una pelea reciente con otro macho. «Ahora sigo con la búsqueda de su rival», concluye el cazador, destacando que fue su hijo Lucas el que descubrió que las heridas del jabalí eran de pelearse y correspondían a la navaja del contrincante.

Las heridas de la batalla con otro jabalí.
Las heridas de la batalla con otro jabalí.

La otra memorable noche de espera de este cazador: le entró un cochinazo nada más colocarse en el puesto

Mariano Cascales Roch, con el jabalí y la tablilla final. / M.C.

Mariano Cascales abatió el pasado 18 de mayo de 2019 un jabalí de 90 kilos con unos extraordinarios colmillos que han sido medalla de bronce después de haberlos homologado. «Hacía mucho tiempo que ningún animal se acercaba por las inmediaciones de la siembra de avena que tenía en la finca La Solana», relata Cascales, que llevaba casi dos meses zona  y, ya de regreso, se acordó de que había luna, por lo que decidió quedarse de espera aunque no vio «indicios para tener esperanzas». Te lo contamos en este enlace.