Hemos conocido muchas historias que nos han demostrado que la caza es mucho más que una simple afición. En muchas familias, la pasión que sienten por esta actividad la ha convertido en una auténtica tradición que se ha heredado de generación en generación. Vivir tal privilegio ha llevado a este cazador a escribir una emotiva carta a su tío.

Su nombre es Francisco Manuel Ceballos y, además de su abuelo y su padre, su tío es una de las personas que le transmitió el amor por la caza. Con él compartió todo tipo de momentos relacionados con la cinegética, antes de fallecer a sus 57 años a causa de un accidente con un rifle.

Soñó con volver a cazar

El día 4 de mayo del pasado año su tío sufrió una caída desde una escalera mientras trabajaba, «con tan mala suerte que cayó sobre una pierna, la cosa se complicó y no pudieron hacer nada por salvársela», cuenta a Jara y Sedal Francisco. «La única solución fue amputársela y, a partir de ese momento, su objetivo fue conseguir una pierna ortopédica con la que volver a trabajar e ir de caza, aunque siendo consciente de sus limitaciones», añade.

Todo avanzaba de manera positiva, aunque en ciertos momentos su tío pensaba que no volvería a subir al monte. Sin embargo, gracias a la rehabilitación, comenzó a andar de nuevo.

De hecho, «incluso había cogido con mi primo una finca para los zorzales y tenían coches para poder llevarle hasta el mismo puesto», cuenta Francisco sobre la ilusión con la que había comenzado a recuperarse. Sin embargo, una desgracia iba a cambiarlo todo el pasado sábado, 13 de enero.

Al verse con ganas de ir a la finca, alguno de los últimos días de la temporada, decidió limpiar las armas. Fue en ese momento cuando sufrió un fatal accidente con una de sus armas.

Por haber sido una de las personas más importantes de su vida y por todo lo que le ha aportado e inculcado, Francisco ha decidido plasmar en las siguientes líneas que ha hecho llegar a Jara y Sedal todo lo que ha significado para él y su familia, con unas palabras que le rendirán homenaje para siempre.

El homenaje a su tío cazador

«He intentado escribir como 40 veces y siempre tengo que parar. Es un momento duro, pensando en todos los buenos ratos que hemos pasado. Quién se iba a imaginar que te ibas a ir de esta manera, era impensable. Te has ido, pero nos acordaremos de ti cada día y cada momento que pasemos en el campo.

© F.M.C.

Pongo la mirada atrás y recuerdo los aguardos, la media veda, los domingos en el pueblo con el abuelo y mi padre, sabiendo dónde iban a estar las liebres, pero sobre todo las candelas esperando los zorzales, ya fuera dos horas antes que un día entero para coger el puesto.


Un cazador lee esta emotiva carta en la suelta de una montería que recuerda a los compañeros fallecidos


Ahora ya no me vas a llamar para decirme ‘nos vamos a esta hora, que hemos visto pájaros’. A pesar de ello, cada vez que vaya yo, te recordaré. Has dejado un vacío enorme en todos los sentidos, pero no sabes la de gente que te quiere y te quería que pasó a verte. Has dejado huella.

Ahora hay que ser fuertes y ayudaremos en todo lo posible a la tita y los primos para que todo lo que recordemos de ti sea bonito. Este pequeño homenaje va para ti. Te quiero tito, te queremos».

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