Los activistas que dicen luchar por el medioambiente no van a dejar de sorprendernos. Y es que si llamaron la atención las últimas protestas contra obras culturales como ‘Los Girasoles’ de Vincent Van Gogh, a la que arrojaron sopa de tomate, esta en cambio ha acabado con las manos de Raúl Semmler, un joven ‘ecoactivista’, pegadas al asfalto de una carretera en Alemania.

Esta nueva protesta en la que Semmler y otros compañeros pedían limitar la velocidad de los vehículos a 100 kilómetros por hora en su lucha contra los combustibles fósiles y la falta de medidas gubernamentales, llevó incluso a cortar el tráfico en la zona.

La protesta, aunque mediática, podría jugarle una mala pasada al alemán ya que el pegamento con el que unió su mano derecha al asfalto era tan fuerte que podría haberle provocado daños irreparables.