Nuestro colaborador Manuel Gallardo se muestra contrario a la decisión del presidente de la Real Federación Española de Caza (RFEC), Ángel López, después de que éste haya anunciado su candidatura por Vox a las elecciones europeas y su intención de no dejar la presidencia. «Cuando en una embarcación todos reman en una dirección menos uno, es imprescindible dejarle en tierra», sentencia el vicepresidente de FEDEXCAZA. 
25/4/2019 | Manuel Gallardo Casado – Vicepresidente de la Federación Extremeña de Caza
El derecho de asociación está reconocido en el artículo 22 de la Constitución Española. Nuestro ordenamiento jurídico establece una serie de normas que pretenden que el movimiento asociativo sea real y efectivo y para ello considera necesario que no existan injerencias en su funcionamiento interno, para que bajo el pretexto de defender los intereses de determinados colectivos, las asociaciones sean utilizadas con fines espurios contrarios a los principios de la participación social en la vida pública. En resumen, lo que caracteriza a una asociación sin ánimo de lucro y sobre todo de utilidad pública es su independencia y la de sus representantes.
Que el presidente de la Federación Española de Caza se presente a las elecciones europeas sin haber dimitido previamente de su cargo, representa la ruptura con el principio básico de independencia. En una sola jugada ha hecho añicos la confianza de miles de federados y no federados. Y lo que es peor la sociedad dará la espalda a la caza y los partidos que nos han apoyado se sentirán traicionados y con razón.
A partir de primeros de mayo, el presidente de la Federación Española de Caza cogerá el bus de campaña y se recorrerá el país, con el sueldo que le pagamos todos los federados, reclamando el voto para Vox. Vendrá diciendo: ¡fedérate la caza no tiene ideología! E inmediatamente te pedirá que no votes a PSOE o PP.
El presidente de la Federación Española de Caza, sin contar con nadie, sin pensar en nada más que es sí mismo, decide echar por tierra todo el trabajo que llevamos realizando desde las federaciones autonómicas en defensa de los valores de la actividad cinegética. Y aún más grave, dinamita el objetivo de unidad que prometió respetar, generando de nuevo el cisma federativo.
La mejor solución a este desatino, desastre sin parangón, es que de forma inmediata Ángel Maraver presente su dimisión, y tanta paz te lleves como descanso nos dejas. Pero es más que posible que la nube de la inconsciencia se haya instalado en su intelecto y eso no ocurra, la ambición es ciega.
Así que lo realmente importante no es lo que haga el aún presidente de la Federación Española de Caza, sino lo que hagan los presidentes autonómicos, los deportistas y los jueces, es decir los miembros de la Asamblea General. Cuando en una embarcación todos reman en una dirección menos uno, es imprescindible dejarle en tierra.
Si la dimisión no se produce y queremos restaurar la confianza perdida solo queda el camino de la moción de censura. Seamos valientes, honestos, justos, responsables e invitemos a Ángel Maraver a que se vaya y si no acepta desalojémosle con los mecanismos democráticos con los que contamos. Prometió unidad y nos ofrece el caos. Suena duro, pero es él o el futuro de la caza.