Probablemente el primer evento de extinción del siglo XXI en Europa, la triste historia del bucardo de los Pirineos (Capra pyrenaica pyrenaica) es un poderoso ejemplo de la pérdida, cada vez mayor, de especies en todo el mundo debido a causas relacionadas con la actividad humana. Sin embargo, puede brindarnos información valiosa sobre lo que se debe hacer (o evitar) para detener este vórtice de extinción.

La distribución de esta subespecie de cabra ibérica se limitó a los Pirineos franceses y españoles. Su primera mención en un documento oficial escrito, que data de 1767, ya se refiere a él como extremadamente raro. Como muchas otras cabras montesas, estuvo casi extinguida antes de que se prohibiera su caza en 1913. Ni la institución de un parque nacional (Ordesa y Monte Perdido), ni un proyecto de conservación con financiación del programa europeo LIFE pudieron detener la extinción del Bucardo, oficialmente el 6 de enero de 2000. Pero la historia de este carismático animal no terminó ahí: un controvertido programa de clonación se inició instantáneamente sin acuerdo científico, ni apoyo de ONGs ambientales regionales, afirmando que la extinción era posible incluso en ausencia de más estudios de ADN.

Una investigación internacional

Para obtener más información sobre las causas de su extinción, un equipo de investigadores de 7 países distintos construyó una base de datos de todos los especímenes de museos conocidos y reconstruyó la historia demográfica del Bucardo basándose en pruebas de ADN. Su investigación se publica en la revista Zoosystematics and Evolution de acceso abierto y revisada por expertos.

El equipo de investigación descubrió que después de una expansión de la población entre hace 14.000 y 29.000 años (que es bastante reciente desde un punto de vista genético), se produjo una pérdida significativa de diversidad genética entre aproximadamente 15.000 y 7.500 años AP, y continuó hasta el presente. En ese momento, el Bucardo también vivía fuera de la cordillera pirenaica, pero, gradualmente, su distribución se redujo a un solo valle en el Parque Nacional de Ordesa en el Pirineo español.

La caza, no fue la única causa de su extinción

Las fuentes escritas confirman la caza del Bucardo desde el siglo XIV, y durante los siglos XIX y XX. Sin lugar a dudas, la caza y en mayor medida el furtivismo jugaron un papel importante en la reducción de su población y área de distribución, pero no es posible, con la información actualmente disponible, señalarla como la gota que colmó el vaso. Las enfermedades infecciosas que se originan en la ganadería (por ejemplo, las provocadas por el virus de la lengua azul, el virus del papiloma humano y los sarcopses) son capaces de diezmar otras subespecies de cabra ibérica en períodos de tiempo extremadamente cortos.

Si bien la contribución relativa de varios factores sigue siendo en gran parte desconocida, parece que la caza, el furtivismo y las enfermedades transmitidas por otros animales redujeron el número de Bucardos durante los dos últimos siglos, porque actuaban sobre una población ya genéticamente debilitada. Esta baja diversidad genética, combinada con la depresión endogámica y la reducción de la fertilidad, llevó a la población más allá del tamaño mínimo viable; a partir de ese momento, la extinción fue inevitable.

La importancia de la taxidermia en la conservación de la especie

Este estudio muestra la importancia de las colecciones biológicas históricas para los análisis genéticos de especies extintas. Un trofeo de propiedad privada de 140 años conservado en Pau, Francia, fue genotipado como parte de esta investigación, lo que demuestra que los particulares pueden poseer material de alto valor. Dado que hay poco conocimiento de estos recursos, los autores piden la creación de una base de datos pública en línea de colecciones privadas que alberguen material biológico para el beneficio de estudios de biodiversidad.

Fuente original:

Forcina G, Woutersen K, Sánchez-Ramírez S, Angelone S, Crampe JP, Pérez JM, Fandos P, Granados JE, Jowers MJ (2021) Demography reveals populational expansion of a recently extinct Iberian ungulate. Zoosystematics and Evolution 97(1): 211-221. https://doi.org/10.3897/zse.97.61854