Seguro que has probado mil y una veces esperar a un jabalí (Sus scrofa) cuando cae la tarde. Las sombras se alargan, la temperatura desciende y el monte parece congelarse. Es el momento para encontrarte con el cochino que te roba el sueño. Pero este artículo no va sobre ese tipo de aguardos. Aquí vamos a tratar otra modalidad que, aunque parece igual a la anterior, tiene algunas particularidades que debes manejar a la perfección si quieres ganar una batalla al jabalí cuando empieza un nuevo día.

Llega con tiempo

Lo primero que debes hacer es estudiar los movimientos de tu rival para poder decidir la localización más apropiada: huellas, excrementos, trochas, veredas o incluso pelo son indicios que pueden ayudarte a componer un mapa mental de los pasos del cochino. Eso sí, todo esto no servirá de nada si llegas tarde:  recuerda que debes estar en el puesto por lo menos una hora antes de la amanecida o tu esfuerzo será inútil.

Mejor en las alturas

Es una de las normas básicas del esperista, y cómo no, también del cazador al alba. Si quieres burlar su potente nariz, eleva tu posición. Los jabalíes de mañana han pasado toda la noche en movimiento, alimentándose, y ahora se dirigen al encame, por lo que extremarán las precauciones. Cuanto mayor control tengas del viento, más probabilidades de éxito. Otro punto importante es mantener la salida del sol a tu espalda. Así no te deslumbrará.

Vigilar los aires, clave del éxito de la espera de jabalí

Debes conocer de antemano los aires dominantes a la salida de sol y revisar las trochas y los rascaderos, así como las bañas de la zona a primera hora de la mañana. Si el agua está clara y hay huellas frescas en el barro es que han entrado con el crepúsculo al caer la noche; pero si está turbia, acudirán poco antes del amanecer.

Por otro lado, si disponen de varias bañas en tu coto y eres el único esperista, coloca unos días antes un saco con colonia colgado de una rama allí donde no vayas a hacer el aguardo para centrar a los cochinos en la tuya. Por último, no seas perezoso y colócate con suficiente antelación. También puedes aprovechar para colocar tus cámaras de fototrampeo y así controlar que animales entran cada noche a darse un chapuzón y si aguantan en sus correrías hasta el alba.

Localiza las salidas de las siembras

El monte está lleno de caminos realizados por el paso continuado de animales. Si ves uno muy tomado que entra o sale de un trigo o un maizal, no lo dudes: será el lugar indicado para apostarte. En esta época son las siembras de cereal las que más cochinos congregan. Tu misión: esperar su salida.