El cazador Luis Masoliver, natural de Gerona y de 35 años de edad, abatió hace unos días un espectacular corzo con un trofeo de nueve puntas y que probablemente será medalla en su coto de esta provincia catalana al que apodó ‘el ramo de flores’. El cazador explica que realizó una «escapada rápida al salir del trabajo» y con «la familia esperándonos en casa para cenar» cuando dio con este espectacular ejemplar.

Junto a un compañero, se sentó en una ladera dominando unos campos de alfalfa: «A lo lejos, ya en el monte, vi unas terrazas sin cultivar donde no teníamos localizado a ningún animal. Se apagaba el día y, de repente, en una de ellas divisamos una mancha naranja», explica el cazador a la redacción de Jara y Sedal.

Un certero disparo a 429 metros

Otra imagen del corzo. © J. M.

A pesar de la poca luz, pudieron ver que se trataba de un macho que tenía «algo raro en la cabeza». «Se puso de perfil y empezamos a babear», confiesa el cazador. Pusieron el telémetro y había 429 metros: «Me tumbé en el suelo, abrí el bípode, metí un jersey viejo debajo de la axila y me pregunté si la distancia era la correcta». Apuntó su Rifle Mauser calibre 7mm Remington Magnum con munición de 140 grains y apretó el gatillo.

«Nos miramos y mi compañero me preguntó… Le dije que llamase a su mujer, que empezasen a cenar, porque que se nos había liado la cosa», narra entre risas. La emoción embriagaba a los dos amigos. «Yo no perdí detalle con los binoculares y el animal cayó seco a una considerable distancia y con muy poquita luz», sigue detallando Masoliver.

Tras recoger el rifle y la munición, se subieron al coche, rodearon la zona y lo dejaron lo más cerca posible del animal; llegaron a donde yacía el corzo ya sin luz, lo bajaron hasta el camino y llamaron a sus esposas para compartir la gran alegría de haberlo abatido.

El corzo, desde arriba. © J. M.