El pasado domingo, 30 de agosto, los miembros del coto de la localidad gallega de Dozón iban dispuestos a vivir una amena jornada de caza cuando se encontraron con una situación insólita: varias personas habían colocado carteles con el mensaje «Prohibido cazar» en las tablillas de la zona. Ni la Xunta de Galicia ni la Comunidad de Montes les habían notificado nada de esto, así que el presidente del tecor, José Rodríguez González, se puso inmediatamente en contacto con el cuartel de la Guardia Civil para denunciar la situación.

En un comunicado enviado a esta redacción, Dozón explica que los terrenos «estaban llenos de carteles prohibiendo la caza, pero sin informar quién prohibía: si una persona en concreto o una comunidad de montes». Además, Rodríguez aclara que  en ningún momento «nadie se había dirigido a mí para avisarme de que no se podía ejercer la actividad cinegética en ese sitio, ni tenía conocimiento por escrito ni de la Administración ni de ningún otro organismo que se prohibiera cazar en esa zona». Al ponerse en contacto con la Guardia Civil, el Seprona les confirmó que todo estaba en regla y que tenían autorización para poder cazar en esos terrenos, explica.

Como dato significativo, el presidente del coto comenta que los carteles fueron colocados el día 21 de agosto por la tarde-noche, precisamente unas pocas horas antes del comienzo de la temporada de caza, «detalle que deja entrever la mala fe en su actuación por parte de los denunciantes».

Una persona increpó a los cazadores antes de la batida

Tal y como el propio Rodríguez recogió en la denuncia posterior al día de la batida, «la persona que se presentó en la zona donde nos encontrábamos estuvo increpando e impidiendo el ejercicio de la caza a muchos de los componentes de la batida y sacándole fotos a cada uno de ellos».

El presidente del Tecor recuerda que, de acuerdo con el artículo 63.11 de la Ley de caza, «se prohíbe el ejercicio de cualquier práctica que entorpeciese el legítimo funcionamiento de las cacerías» lo cual comporta una infracción grave recogida en el artículo 85.8 de la mencionada ley por afectar directamente a la seguridad de las personas. Además, señala que podría haber incurrido en una falta grave contemplada en el artículo 85.32, o sea, «destruir, alterar o cambiar las señales indicadoras de la condición cinegética de un terreno».

Piden a Medio Ambiente que emita una resolución sobre el responsable cinegético de esos terrenos

Finalmente, los cazadores han solicitado a Medio Ambiente que emita resolución expresa sobre quién es el responsable cinegético de esos terrenos –que son montes comunales– para evitar cualquier tipo de problema: «Entiendo que, de acuerdo siempre con la normativa, dado que por esa zona pasa una autovía y es un punto crítico para los accidentes de tráfico, hasta que haya una resolución administrativa, entendemos que la responsabilidad es del tecor y, en consecuencia, tenemos derecho a cazar.

En el momento que recaiga resolución de la Administración que nos impida cazar en esa zona, no tendremos problema ninguno en ejecutar dicha resolución y dejar de cazar en la zona objeto de discusión», explica Rodríguez.

Los cazadores actuaron correctamente en todo momento

A pesar de que actuaron correctamente, recientemente han salido a la luz informaciones en las que se culpa a los cazadores de haber actuado incorrectamente. José Rodríguez se muestra tajante en su comunicado: «Quiero dejar claro que no cometimos ninguna infracción ya que esos terrenos están dentro del tecor hasta que la Xunta dicte una resolución expresa al respecto, con lo cual no está prohibido el ejercicio de la caza».

Tal y como expresa el artículo 13.2, como representante del tecor, a Rodríguez le corresponde «la titularidad de los derechos y obligaciones que, de conformidad con la presente ley, se derivasen de dicho aprovechamiento cinegético» y, por lo tanto, es el responsable no solo de pagar los accidentes de tráfico y los daños en los cultivos, en caso de que los hubiese, sino también de realizar una batida.

«En todo caso, me gustaría insistir en que soy conocedor de la normativa reguladora y siempre estoy en contacto con las autoridades competentes para hacerles consultas sobre cualquier cuestión que se pueda suscitar en cada momento y que, en ningún momento, se pretende pasar por encima de los derechos de nadie ni se hacen las cosas a la ligera. Si la Administración, tanto antes del 30 de agosto como en el momento de la batida, me dijera que efectivamente no se podía cazar, yo sería el primero en acatar dicha prohibición y cumplir con mis obligaciones además de hacerlas respetar por parte de los integrantes del tecor, sin exponer a nadie a riesgos innecesarios», concluye el presidente del tecor.