Llega el momento de colgar la escopeta y ponerse manos a la obra. A continuación repasamos algunas de las tareas que deberías incluir en tu lista de quehaceres para en los meses venideros las especies de tu coto se encuentren en las mejores condiciones posibles.

Asegura su tranquilidad

Una vez finalizada la temporada es fundamental que perdices, conejos o liebres encuentren la tranquilidad necesaria para reproducirse con éxito. Evita salir al campo con los perros, vigila a los furtivos y mantén un control de depredadores sostenible y ajustado a la legislación vigente.

Garantiza el alimento

perdiz roja
Una perdiz roja se alimenta en una siembra de cereal. © JDG

Es conveniente mantener comederos para la caza menor sobre todo en zonas en las que el invierno se alarga y es duro. Evita en todo caso el uso de piensos compuestos que pueden provocar alteraciones en la flora intestinal de la fauna y, a la larga, no favorecen a las poblaciones gestionadas. Tampoco uses alimentos medicados, puesto que, además de que su uso es ilegal en el medio natural salvo en condiciones muy concretas, no puedes controlar la dosis ni la especie de destino, por lo que tampoco su eficacia. Emplea aquellos de origen natural, como cereal en grano para las tolvas con mezclas de cebada, trigo, avena o centeno y forrajes de leguminosas, alfalfas, vezas…

Proporciona refugio

Durante el periodo reproductivo los animales buscan refugios para ubicar sus nidos o hacer sus madrigueras de modo que es especialmente importante, si en tu coto escasean, crear lugares adecuados para que puedan criar con éxito. Una buena red de lindes entre tierras de labor, majanos seminaturales para los conejos o perdederos para las liebres siempre serán bien recibidos.

Mantén a raya al jabalí

Un jabalí, una perdiz y un nido vacío. ©Shutterstock
Un jabalí, una perdiz y un nido vacío. © Shutterstock

Aunque hay territorios en los que la con vivencia goza de una relativa armonía, en general no es una buena idea contar con altas poblaciones de jabalíes si quieres tener un buen coto de caza menor, por lo que es importante mantenerlos en densidades mínimas.

Contrata un guarda

En la mayoría de los casos, a pesar de la buena voluntad de los socios y del interés por la gestión, las acciones que hemos ido mencionando y otras muchas que podrían llevarse a cabo requieren de una dedicación y constancia que no resultan compatibles con el trabajo diario o las obligaciones familiares. Está demostrado que contar con un profesional encargado de llevar a cabo la vigilancia, los censos y la gestión del coto es una medida que a medio y largo plazo siempre resulta muy positiva.

¿Cómo ha sido esta temporada?

Podríamos decir que hemos disfrutado de un buena temporada de perdiz, conejo o becada… pero no de liebre, con sus poblaciones diezmadas por la mixomatosis en buena parte de España. Sin embargo, no podemos ser simplistas. Hemos de hacer una valoración a medio plazo con los resultados acumulados de los últimos cinco o diez años para cada especie en nuestro coto si queremos conocer su situación real. Nuestra obsesión debe ser contar con datos de la mejor calidad posible –censos de pre y postcaza, tablas de capturas, incidencias, condiciones ambientales…– para que el análisis a largo plazo pueda aportar conclusiones robustas. Dice el investigador francés M. Devort que el día del cazador se debe dividir en dos partes: la primera para cazar y la segunda para tomar nota de lo que se ha cazado. La calidad de estos datos será también esencial para llevar a cabo estudios científicos que avalen los aprovechamientos en un futuro cercano e impidan que las presiones ecologistas acaben con la caza de especies como la perdiz roja o la codorniz.