El cazador Iván Durana, natural de la localidad de Loeches (Madrid), abatió el pasado viernes 19 de junio uno de los corzos pelucas más raros que Jara y Sedal ha publicado en los últimos años. Al animal, que además poseía hasta tres cuernas, lo abatió con una rarísima peculiaridad, y es que en el momento del disparo y de activar el visor que estaba a punto de estrenar se dio cuenta… ¡de que estaba defectuoso! Durana ha narrado a este medio cómo aconteció todo en su coto social de la provincia de Guadalajara.

Una jornada corcera que compartieron padre e hijo

Otra imagen del corzo peluca. © C. T.

Iván acudió aquel día junto a su padre al coto social, en el que se reparten entre los miembros quince precintos de corzo a lo largo de la temporada. Este animal en concreto no lo habían avistado previamente, por lo que fue una sorpresa para ambos encontrarse con él en un trigal.

Su mujer va por él a una reunión… ¡y la suerte le acompaña! «Le tocaba el corzo a mi padre la semana pasada y el viernes no tenía pensamiento de ir a cazar porque tenía reunión en el colegio con el niño, pero mi mujer me dio una alegría, ya que me dijo que me fuese y que ella iba a la reunión», comienza explicando Iván.

Durana llegó sobre las 19:30 horas de la tarde al lugar, momento en el que estaba lloviendo: «Una hora más tarde dejó de caer agua y mi padre y yo cogimos el todoterreno y nos dispusimos a ir al lugar en el que creíamos que podría haber algún animal destacable», sigue relatando.

El inconveniente inesperado del visor defectuoso. Aparcaron el coche a unos 500 metros de la zona donde Iván disparó: «Subimos por un camino y, en un trigal, divisamos una hembra. En un primer lugar no vi al peluca, y a 150 metros me sorprendió. Sucedió, colocado el trípode, saqué el nuevo visor… y mi gozo en un pozo: me percaté de que estaba defectuoso», explica sobre el accesorio que ya ha podido cambiar en su armería. «Lo subí de aumentos y se me empañó completamente. No funcionaba», añade el cazador.

Un disparo a 150 metros. Tras ello, el cazador intentó solventar el problema con este truco: bajó todos los aumentos que pudo para, por lo menos, poder realizar el disparo. «Finalmente, a unos 150 metros me hice con la pieza en una zona de barranco. Sabía que le había dado, fui por toda la siembra corriendo y me lo encontré. Se me alinearon todos los astros en sólo media hora. Fue increíble», confiesa el cazador tras hacerse con esta peculiar pieza. «Era un animal fuera de lo común. Ninguno de los socios del coto habíamos visto un corzo peluca de tal envergadura en toda la historia del coto», finaliza el cazador.

El equipo utilizado. El equipo utilizado por este cazador durante el lance fue un rifle Browning A-bolt 3 en calibre 7 mm Remington Magnum y balas Remington Accutip de 150 grains.