Dos jóvenes cazadores se hacen con un corzo aparentemente normal en medio de un prado en Galicia pero… guardaba todo un tesoro en su interior. Estuvieron todo un día de lluvia tras él, un esfuerzo que tuvo recompensa.

4/8/2019 | Redacción JyS

El joven Hugo, con el corzo con colmillos. / H.S.

El joven portugués Hugo Reis y el extremeño David Calurano se han hecho con un raro corzo con colmillos en Galicia. Reis posee una orgánica llamada Cinegética Monte Alto y fue este año cuando decidió acudir a Galicia a cazar corzos: «Para mí es una zona muy bonita, con cazaderos magníficos», afirma el joven.

Ambos cazadores quedaron para comer y cazar por la tarde, ya que «las ganas eran tremendas» por hacerse con los ‘duendes’ del bosque de aquella zona. Era un día de lluvia aunque con poco aire en el que empezaron a recechar temprano. Poco después de comenzar a subir por los primeros prados, ya vieron las primeras parejas de corzos, pero ninguno era el que iban buscando. El que querían tratar de cazar era un animal «muy esquivo».

Otra imagen de la cabeza del corzo con colmillos. / H.S.

Hugo y David continuaron recechando ese día con dos avistamientos más pero aún sin ver al macho de siete puntas al que estaban buscando. Estuvieron todo un día de lluvia tras él, un esfuerzo que tuvo recompensa porque justo al final de la tarde, paró el agua y salió un poco de sol, ingrediente perfecto para que el pequeño cérvido apareciese en acción.

En ese momento, ambos sintieron tener ese excelente final de jornada que ya de mañana habían presagiado. «Fuimos de inmediato a los mejores prados donde salía el corzo, pero sin éxito…  y aun así no perdíamos la emoción de estar en los bosques gallegos practicando nuestra pasión», exclama Reis.

Ya entre las últimas luces del día y de camino al coche, en un pequeño prado, los jóvenes vieron al corzo a unos 160 metros tranquilo y comiendo, pero no tardó mucho en sentir que algo raro pasaba allí. Rápidamente abrieron el trípode. «El corazón se nos paraba por segundos», confiesa Reis. «David lo apuntó y, de un solo disparo se hizo con el corzo que tanto deseaba», explica el joven portugués.

Cuando fueron a por él se dieron cuenta de la gran sorpresa: el corzo tenía colmillos, un hecho raro pero que en ocasiones se da. En conjunto, fue «un día inolvidable tanto para el cazador y amigo como para mí», concluye Hugo.

Otro corzo con unos afilados colmillos

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Manuel Chabrera, con el corzo antes y después de cocer su trofeo. / M.C.

Hace unas semanas fue protagonista en Jara y Sedal cómo Manuel Chabrera, un cazador de la localidad castellonense de Villarreal, aprovechó parte de sus vacaciones para ir con su esposa a la serranía de Cuenca donde conseguiría hacerse con un corzo con unos afilados colmillos.

Después de abatirlo, al cazador no le pareció «un corzo espectacular», porque «era muy pequeño de cuerpo, aunque viejo». La sorpresa fue que cuando llegó a casa y le abrió la boca para ver la dentadura, comprobó no solo lo adulto que era, sino que «llevaba colmillos». 

Otra corza con colmillos en enero

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Rafa Carrillo a punto de disparar a una corza tumbada a 780 metros. / Facebook

El conocido tirador de Bergara Rafa Carrillo, campeón de España de F-Class 600 yardas, cazaba el pasado mes de enero una corza a una distancia de 780 metros. El lance lo grabó en vídeo y este cuando los protagonistas se acercan al animal enseñan a cámara un hecho inusual: la hembra a la que acababan de disparar tenía unos particulares colmillos muy desgastados debido a su avanzada edad.