Un largo conflicto entre un ganadero y seis vecinos de su granja ha llegado a su fin este jueves, cuando se ha confirmado la última sentencia que condenaba al primero a pagar más de 100.000 euros en concepto de daños y perjuicios a los afectados por las molestias causadas por el olor a ensilado y el mugido de sus vacas. El ganadero, Vincent Verschuere, había recurrido al Tribunal de Casación, la última instancia judicial posible, pero su apelación ha sido rechazada, según ha informado el diario Le Parisien.

El origen de este litigio se remonta a 2010, cuando Vincent Verschuere y sus padres construyeron un establo para alojar a sus 150 vacas lecheras a unos cuarenta metros de las primeras casas de Saint-Aubin-en-Bray, un pueblo de 1.000 habitantes en el departamento de Oise. A pesar de que la distancia reglamentaria entre el establo y las viviendas era de 100 metros, los ganaderos se beneficiaron de una excepción de la prefectura y un permiso de construcción del ayuntamiento, que consideraron que el proyecto era beneficioso para el desarrollo rural. Sin embargo, algunos vecinos no estuvieron de acuerdo y denunciaron al ganadero por los ruidos y olores que emanaban de su explotación.

El ganadero pidió un préstamos de 60.000 euros para hacer frente a los juicios

La justicia les dio la razón el 8 de marzo de 2022, cuando el Tribunal de Apelación de Amiens condenó a Vincent Verschuere a indemnizar a los demandantes. Sin embargo el ganadero, que aseguró que cumplía con todas las normas sanitarias y medioambientales, no aceptó la sentencia y decidió apelar al Tribunal de Casación, con el apoyo de la región de Hauts-de-France, que le concedió una ayuda de 40.000 euros para hacer frente a los pagos, que completó con un préstamo de 60.000 euros.


Este ganadero da una solución a los urbanitas que van al pueblo y se quejan del olor a estiércol o el mugido de las vacas


El caso ha trascendido el ámbito local y se ha convertido en un símbolo de la defensa de la ruralidad y de los agricultores frente a las quejas de los residentes urbanos. El presidente de la región, Xavier Bertrand, se mostró «totalmente del lado de este agricultor al 1.000%» y criticó la «injusticia» de la condena.

Por su parte, el vicepresidente de la Federación Departamental de Sindicatos de Agricultores (FDSEA) en Oise, Luc Smessaert, destacó la importancia de un proyecto de ley que se está tramitando en la Asamblea Nacional para proteger mejor a los agricultores de los residentes locales que los demandan por disturbios en el vecindario cuando sus explotaciones ya existían con anterioridad. El texto, que fue aprobado en Comisión, debe ser votado en el pleno próximamente.