Tu objetivo antes de que arranque la media veda es localizar cuáles son sus rutas hacia las zonas donde se alimentan y dispararle lo más alejado de sus dormideros posible para no ‘soliviantarlas’.

El objetivo es que sólo las palomas que sobrevuelen tu escopeta te descubran y se enteren de que la temporada veraniega ya ha dado comienzo. Si actúas de esta manera es posible que tires menos palomas, pero seguro que lo harás durante muchos más días.

Su caza, necesaria

En nuestro país las palomas torcaces se concentran a finales de otoño e invierno, llegando a causar graves problemas en algunas zonas adehesadas por la gran cantidad de bellotas de las que se alimentan, esquilmando los encinares destinados al apreciado cerdo ibérico. En algunos países de Europa se la considera plaga, dado que los grandes bandos en los que llegan a reunirse provocan cuantiosos daños a ciertos cultivos agrícolas.

Es quizás por esta razón por lo que las investigaciones se dirigen más a la tarea de cómo ‘acabar’ con ellas que a preservarlas, al menos en la mayor parte del Viejo Continente. Además, en los últimos años se ha sugerido que juega un papel importante en la transmisión de la tricomoniasis, una enfermedad típica de las palomas que está repuntando en los últimos años y que pone en jaque a las poblaciones.

Localiza los pasos de torcaz

Deja que las palomas descansen durante las horas centrales del día. Si lo hacen dentro de los límites de tu coto, muchísimo mejor. En caso contrario podrás tirar por la mañana, pero por la tarde a muchas no volverás a verles la pluma.

Si tu intención es tirarle sin vaciar el coto, los prismáticos y la paciencia serán tus aliados: controla sus rutas en los días previos y colócate en estos pasos lo más alejados posible del agua para que la mayoría de pájaros beban sin ser molestados por los disparos. Ya tendrás tiempo de emboscarte tras alguna mata el último fin de semana de la media veda.

Levanta los puestos en los alrededores del agua, a la distancia marcada por la ley, con semanas de antelación. Tienes que madrugar y aprovechar que al amanecer los pájaros están comiendo. Si lo haces en cualquier otro momento del día tan sólo conseguirías ahuyentar palomas, que podrían no volver, o molestarlas en el sesteo. Dependiendo o de si se trata de un río, arroyo, embalse, charca o pantano, deberás decidir cuál es la a mejor técnica a emplear.

Cazador colocando reclamos de plástico y recogiendo las palomas abatidas.

Caza siempre con responsabilidad

Acertar al elegir los emplazamientos, permitir a los demás la posibilidad de tirar y saber cuándo hacerlo mientras las aves se acercan a comederos y bebederos son tres reglas básicas para aprovechar las tiradas y alargar tus jornadas. Para alargar el disfrute en los comederos hay dos opciones: la ideal, si las dimensiones del acotado lo permiten, es buscar los pasos al grano pero alejados de éste, rayando las lindes del coto y dejando el meollo para los últimos días.

Hay quien prefiere hacer varias tiradas en las zonas de comida, pero sólo de mañana o de tarde para concederles medio día de tregua y permitirles saciar su hambre. De hacerlo así, opta por la de tarde, ya que las palomas vuelan más bajo y se suele tirar mejor. La permanencia de los pájaros en el coto depende en gran medida de la tranquilidad de que disfruten, pero tampoco es una garantía: corres el riesgo de que, sin motivo aparente, las torcaces se evaporen.

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