La sobrepoblación de jabalíes afecta gravemente a numerosas zonas de nuestro país, y una prueba más de ello es la situación desagradable que sufrió un conductor en la noche de este 4 de enero en Cáceres. Un jabalí que venía de bañarse en la zona de la Universidad de la ciudad extremeña se cruzó en la calzada y el lo arrolló con su coche nuevo.

En las imágenes, enviadas a nuestra redacción por nuestra colaboradora María Guadalupe, se puede apreciar que el jabalí acababa de bañarse, puesto que su pelaje y el frontal del coche aún se encontraban impregnados con él. Además, se puede comprobar que el automóvil ha sido matriculado recientemente.

Podría haberse evitado, según fuentes consultadas

Más allá de lo anecdótico de la escena y de tratarse de un vehículo de nueva matriculación, el problema de la sobrepoblación de especies silvestres es muy grave, y mucho más cuando las instituciones no quieren atajarlo. De hecho, según han manifestado fuentes de la Federación Extremeña de Caza a Jara y Sedal tras conocer el caso «hemos ofrecido en varias ocasiones a los arqueros de la Federación para abatir jabalíes en estos lugares periurbanos, pero la negativa consistorial está conllevando este tipo de situaciones».

Estos arqueros son un grupo de cazadores con formación continuada que, al igual que en otras comunidades como Andalucía, las federaciones ofrecen para controlar de forma segura y eficaz a los jabalíes. Así se mitigan los conflictos de seguridad vial, ciudadana y sanitaria que en numerosos municipios y ciudades como Cáceres están generando los jabalíes y cerdos asilvestrados en zonas urbanas e interurbanas, donde no pueden usarse armas de fuego.

Más sobre la grave situación de la sobrepoblación de jabalíes en Cáceres

jabalíes cáceres
Así saltan los jabalíes a la calle. / YouTube

El vídeo de una piara de jabalíes atravesando una de las calles de Cáceres capital se hizo el año pasado viral en las redes sociales despertando todo tipo de comentarios. En la grabación se ve cómo los macarenos, algunos de grandes dimensiones, campan a sus anchas por la subida al santuario de la Montaña de Cáceres, con cuesta pronunciada. Se puede ver cómo incluso hay viandantes por las aceras que quedan estupefactos ante la presencia de los verracos. Este es.