Seguro que a todos os ha pasado. Abres el armero, preparas el rifle para la montería del día siguiente y buscas las balas para echarlas al morral. Localizas tu vieja canana de cuero, esa que durante tantos kilómetros te ha acompañado en los últimos años. Sacas la munición y descubres que unas manchas en tonos verdes y azules han invadido el casquillo y el proyectil.

A mí me ha pasado y siempre me pregunto lo mismo: ¿A qué se debe esta reacción? ¿Es peligroso disparar con la munición en ese estado? ¿Cómo puedo limpiar ese estropicio? Juan Conde, maestro armero de Armería Nieremberg tiene la respuesta a todas estas dudas.

«Cazar con esas balas no es peligroso»

«Es normal. Se debe a la reacción del latón de las vainas con el cuero. Por eso es aconsejable sacarlas siempre de la canana: si las dejamos durante semanas o meses aparecerá ese verdín. Puedes quitarlo frotando con un trapo y aceite. Con acetona también debería salir. Peligroso no es, pero sí es aconsejable limpiarlas, ya que cualquier resto de suciedad en la recámara puede provocar problemas de dilatación al disparar y hacer que nos cueste abrir el cerrojo. Recuerda: al llegar a casa, siempre sácalas de la canana».

Una solución para guardar tu munición

Ya has leído al maestro. Jamás, bajo ningún concepto, dejes tus balas de caza dentro de las cananas de cuero durante semanas. El resultado ya sabes cual es… Es cierto que las tradicionales cajas de cartón son poco prácticas. Siempre terminan rotas o deshechas por la humedad.

Por eso, y para solucionar este problema, las empresas cartucheras como por ejemplo Norma, llevan años empaquetando sus municiones en pequeños estuches plásticos de color negro. Este material permite almacenar la munición sin que sufra ningún daño y, además, hace las veces de práctica canana. Puedes llevar una pieza con cinco cartuchos cómodamente en el bolsillo de tu chaqueta.

BALAS DE CAZA NORMA
Un estuche de munición Norma.