Actualizado 16/07/2021 – 11:08

Durante la pasada temporada, los rehaleros Rodrigo Quintanilla y Jesús Torres abatieron un descomunal jabalí de 110 kilos de peso y con unas defensas que han sido medalla de bronce en un lance de infarto. Aunque ha sido ahora cuando han contactado con Jara y Sedal para narrar la historia, ésta está repleta de emoción y adrenalina. Te contamos a continuación cómo consiguieron hacerse con este magnífico macareno.

Un animal descubierto por un podenco nada más comenzar la montería

Quintanilla, perrero con esta rehala de nombre La Cabañesa, de 21 años de edad y natural de Burgos, ha narrado a Jara y Sedal el lance de este enorme verraco en este coto burgalés: «Estuvimos preparando para soltar un buen rato, esperando a que se colocaran los puestos y, nada más liberar a los canes, un perro cantó a este jabalí, que estaba en el encame. Fue todo rapidísimo», relata.

Cautela ante la peligrosidad del verraco. En ese instante, el podenco descubrió el encame del jabalí, que se resistía a salir. Ello, unido al peligro que supone enfrentarse a un animal de ese porte, hizo que los rehaleros tomasen todas las precauciones: «Teníamos que ser cautos, un animal con esa envergadura nos podría hacer mucho daño».

Abatido a cuchillo. Los rehaleros, nada más percatarse de cómo los perros levantaron al macareno, fueron a por él para abatirlo a cuchillo. En primer lugar, fue a rematarlo Julia, hermana de Jesús, hasta que éste vio el tamaño que tenía y decidió hacerlo él para evitar percances. «El animal le hizo cara, pero Jesús tiró de valor y lo abatió», asegura el joven.

Tras el impactante lance, los rehaleros posaron orgullosos con la tremenda captura, una de las más imponentes de su temporada.

Otro un descomunal jabalí de más de 150 kilos abatido por esta rehala: «No podíamos moverlo»

El descomunal jabalí abatido el domingo. © P. R.

El pasado invierno, la cuadrilla de cazadores de la Sierra de la Demanda, también en la provincia de Burgos, vivió junto a esta rehala una de las jornadas más exitosas de su vida: tuvo la oportunidad de abatir varios jabalíes y, entre ellos, un descomunal macareno de más de 150 kilos de peso. Así ocurrió todo.