Los teléfonos móviles de los cazadores arden desde que ayer se comenzaran a compartir las fotos de un corzo con un trofeo de longitudes más propias de uno siberiano que de nuestro duende del bosque. Los rumores de que podría alcanzar los 35 centímetros de longitud ha llevado a nuestro equipo de redacción a contactar con el taxidermista que se va a encargar de naturalizarlo, quien ha relatado para este medio que aunque aún no ha llegado a sus manos «el cazador tiene intención de hacerlo de pecho» debido al magnífico trofeo que porta. 

corzo cuerna 35 centimetros

Por el momento, el cazador no ha querido prestar declaraciones, aunque esperamos poder conocer algunos datos más en las próximas horas sobre este magnífico trofeo cazado en un coto del municipio alcarreño de Orea y que está dejando sin palabras a miles de cazadores de toda España. Sin lugar a dudas será uno de los grandes trofeos del año dado que no es nada común abatir un corzo con un trofeo de esa longitud. 

corzo cuerna 35 centimetros

Otros espectaculares corzos cazados en los últimos días


La Semana Santa también ha dejado grandes capturas de corzos que han sido noticia en Jara y Sedal, como la que hemos compartido esta misma mañana de un corzo abatido también en Guadalajara cuyo trofeo arrojaba en la báscula la friolera de 770 gramos

También ha destacado la captura del joven pontevedrés Pedro Sanjuan Carril, que cazó junto a su padre el Jueves Santo un corzo con un singular trofeo que habían localizado semanas antes. Concretamente fue en el mes de marzo cuando ambos ya habían visto al cérvido que comenzaba a limpiar su cuerna: «Con la cámara apreciamos que era muy raro, pero no fue hasta más adelante cuando observamos que tenía una punta caída hacia su lado derecho», nos contó Sanjuan. 

El fin de semana anterior, concretamente el Domingo de Ramos, el joven riojano Javier Martínez abatía un viejo corzo con tres cuernas. Martínez es de la localidad de Alfaro y se encontraba cazando en el coto social del municipio riojano situado cerca del Monte de Yerga cuando avistó al animal «tras una buena granizada»