El cazador cordobés Antonio Román, natural de la localidad de El Carpio, ha creado un ingenioso comedero de perdiz casero que asegura ser un éxito en su coto en esta provincia andaluza para recuperar la población de las patirrojas. Ahora, ha compartido con todos los seguidores de Jara y Sedal el truco para ayudar al resto de cazadores a seguir cuidando la especie: «Mi intención es que la población de perdiz autóctona vaya hacia arriba; todo lo que pongo en los distintos foros de caza es para ayudar a los compañeros», comienza explicando a este medio Román.  

Este cazador administra un coto de sierra en el que la comida escasea: «Cuando cogí los terrenos, firmé un contrato con el dueño y aquello era un páramo en el que no había nada, porque todos los años entraba una sociedad distinta. Otros cuatro compañeros y yo comenzamos a hacer mejoras con bidones de 200 litros de agua y distintos comederos, porque a nosotros nos gusta la perdiz autóctona, por lo que la poca especie que había decidimos que tenía que aumentar», explica.

Carlos rellenando el comedero.
Carlos rellenando el comedero.

Fabricó el comedero observando el comportamiento de las perdices

Román también cría su propia perdiz de reclamo en un voladero, y probó con los bidones que le hacen una pequeña incisión, «pero comprobé que la perdiz no entraba nada bien en él», explica. «Por ello, puse un muelle, pero el problema llegaba cuando venía el conejo, que apretaba el muelle y no paraba de echar trigo. En unos días se vaciaba un bidón entero, y eso a nivel económico tampoco podía ser». Por ello, «pensando que la perdiz es un animal que come mucho de vista, pensé que había que mostrarle el trigo pero que no llegase a él, por eso, investigando, puse en marcha los comederos de este tipo, que tienen una pequeña malla y una raja».

Como este cazador tenía perdices en el voladero, puso este nuevo y «en menos de tres horas, las perdices estaban comiendo en estos cubos», por lo que la prueba fue satisfactoria y vio que la perdiz se incitaba a picar y comer. Ese año, cuando los pollos nuevos salieron, aprendieron a comer de esa forma: «Yo ponía el cubo bajo para que ellos picasen y, conforme crecían, se lo iba subiendo», explica, hasta que crecían y comían en el cubo.

El año pasado puso este tipo de comederos y esta temporada también: «Con este sistema he visto que ha habido una gran recuperación en la población de perdiz en mi coto; en el conejo menos, porque la enfermedad castiga mucho, pero en cuanto a la perdiz, hemos recuperado mucho la población. Sí es cierto que tambiénabatimos las justas y necesarias solamente durante la temporada», añade el cazador cordobés.

¿Cómo hace los comederos?

Para empezar, utiliza unos cubos de chapa y, usando un pequeño trozo de madera, tapa tres huecos que abre en la zona de abajo y que cubre con un trozo de malla con huecos de medio centímetro cada uno aproximadamente, en los que corta un trozo en la zona central para que las perdices puedan introducir el pico. Estas mallas van pegadas con un adhesivo que se vende en las ferreterías. Finalmente, se le da una capa de pintura sintética y mate al cubo.

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