Senén Ramos es un conocido colaborador de esta web. Hace casi un año le entrevistamos como jefe de la cuadrilla Monteiros Ribeira Sacra, célebre por abatir unos descomunales jabalíes conocidos como ‘vakamulos’ en la provincia de Orense. Hace también unos meses conocimos otra de sus facetas personales. Esta vez no como cazador, sino con uno de los enfermeros de urgencias del Hospital de Orense donde cada día miraba (y sigue mirando) cara a cara a otra bestia: el coronavirus. Y hoy, por fortuna, podemos hablar de nuevo con el Senen amante del mundo cinegético que abatió el pasado 12 de octubre un descomunal vakamulo de casi 140 kilos de peso en una jornada en la que a su cuadrilla se le escapó «otro jabalí mucho mayor».

«Lo cazamos el día 12 de octubre, en el Cañón del Sil, cerca del monasterio de San Esteban», comienza relatando el cazador gallego. Ese día tuvieron la oportunidad de abatir hasta cinco macarenos, pero este fue el más destacado, pesando exactamente 138 kilos.

Senen con el jabalí vakamulo del pasado fin de semana. ©SR
Senén con el jabalí vakamulo del pasado fin de semana. ©SR

El jabalí estaba arriba y Senen temía que tuviese ventaja si lo atacaba

El lance ocurrió de la siguiente forma: «Estaba la perra parada en un zarzal grande cerca del monasterio y logró desencamarlo. En ese momento, yo me fui acercando poco a poco, pero el problema es que yo estaba en la zona de abajo y él en la de arriba, y eso sería un inconveniente tanto a la hora de disparar como si él decidí arrancarse e ir contra mí, ya que tenía toda la ventaja, por eso decidí pillarle la vuelta», explica Senen a Jara y Sedal.

Comenzó a chascar los dientes

«No podía disparar en esas condiciones, era muy peligroso, por lo que fui rodeando al animal a varias decenas de metros hasta que logré ponerme en la parte superior», explica. «Había mucha maleza, conseguí poco a poco posicionarme por encima de él mientras veía que iba chascando los dientes y, en ese momento, disparé», relata Senen. El disparo impactó detrás de la oreja, cayendo al instante el enorme macareno.

Los ‘vakamulos’ no suelen tener un gran trofeo, pero este sí que lo ostentaba: las navajas miden 21 y 21,5 centímetros.

Comida y reproducción, dos ingredientes fundamentales

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Algunos de los impactantes colmillos de estos animales. / Senén Ramos

«Se meten en las zarzas, están ahí todo el día, se llenan de castañas y vuelven a su lugar de encame», relata Senén. Además, en la zona «notamos que tenemos una población de jabalíes bastante importante y, además, nos llegan animales desde muy lejos a comer». Senén añade: «Si un jabalí que llega a esta zona tiene 120 kilos en verano, en Navidades lo cazas y tiene 150, 160 o 170 kilos perfectamente, ya que se llena de grasa debido a la castaña», reseña el cazador.

Senén también explica que los grandes trofeos no suelen abundar debido a que en esta zona los animales «no incorporan tanto mineral calcio, que es lo que favorece el desarrollo de un buen trofeo. Al final, hablamos de huesos y de dientes, que son calcio». A pesar de ello, la provincia de Orense, que es la transición entre Castilla y León y el norte, «quizá sea la que mejor calidad de trofeos tiene tanto de corzo como de venado y jabalí» de toda Galicia.

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Otro de los grandes jabalíes conseguido por la cuadrilla. / Senén Ramos