«Le disparé en tres ocasiones y acerté en todas ellas, pero cuando llevaba dos se arrancó a por mí. O acertaba de nuevo o me daba una paliza». Son las palabras del cazador castellonense Borja Carot, que el pasado lunes se hizo con un tremendo jabalí de 145 kilos y que poseía un colmillo de 36 centímetros de largo. Sucedió en el coto social de su pueblo, Viver, en la misma provincia levantina.

Siete años tras el gran jabalí

Carot explica a la redacción de Jara y Sedal que los cazadores de la zona sabían de la existencia de este animal desde hacía siete años: «Había puesto varias veces en jaque a los perreros durante las batidas y todos lo conocían. El año pasado lo sacaron en una cacería de jabalí e hirió varios perros, por lo que los cazadores querían abatirlo ya para evitar alguna desgracia», comenta.

Borja, que es agricultor, recibió el pasado 23 de agosto la llamada de un compañero al que este jabalí le estaba destrozando un campo de maíz: «Me dijo que estaban arrasando sus campos, y me aseguró que entraba un jabalí grandísimo… por lo que no podía ser otro que este», explica.

Siguiendo las indicaciones de su compañero, Carot detectó el lugar en el que el macareno estaba destrozando hortalizas y frutales. La estrategia programada para ganarle la partida era dejarle que se «picara» en el lugar para después hacerla una espera.

Una espera subido en un remolque y semiautomática en mano

Una vez comprobó que había repetida varias noches y armado con su escopeta Beretta A-303, el cazador se colocó encima de un remolque, pero al anochecer comenzó a llover, por lo que decidió bajarse bajo un nogal.

«Al principio no me lo tomé como un hecho arriesgado, pero luego vi que sí lo era». Borja descargaba los dos primeros cartuchos contra el animal nada más apareció este en el lugar, pero el macareno se fue a por él. «Cuando vi que se arrancaba como un obús hacia mí y ya había gastado dos balas… me acordé del remolque. Igual debía haberme mojado un poco y haberme quedado en él», relata sobre un peligroso lance que acabó afortunadamente bien. Al tercer disparo, y tras andar unos diez metros, el jabalí caía abatido.

El cazador con el jabalí.

Otro reto: sacar los 145 kilos del maizal. El siguiente reto al que se enfrentó Borja fue sacar los 145 kilos de jabalí del maizal. Para ello, llamó a un amigo, Adrián Romero, quien le ayudó a arrastrar la pieza con una furgoneta y unas cuerdas hasta una nave cercana en la que guarda maquinaria agrícola. Al día siguiente, llamaron al carnicero del pueblo, Miguel Gallur, que se bajó la romana y pesó la pieza: arrojando nada más y nada menos que 145 kilos. «Del morro al comienzo del rabo, mide 1,60 metros. Una exageración», explica Carot.

36 centímetros de colmillo

El trofeo del animal ya está en manos del taxidermista. Su colmillo más largo mide 36 centímetros: «Esto tiene una explicación, y es que carece de amoladera en ese lado, por lo que el colmillo ha crecido de forma desmesurada. El otro colmillo mide 18 centímetros y la amoladera 7,5».

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