El cazador y rehalero Pablo Pérez, natural de la localidad madrileña de Villanueva de Perales, abatió a cuchillo el pasado sábado 15 de enero un espectacular jabalí con un trofeo que ha dado una puntuación de 112,86, es decir, medalla de oro.

Pérez, que forma parte de la rehala de Enrique Perlado, abatió esta pieza en una montería en abierto que se celebraba en las cercanías de la localidad de Peraleda de San Román, en la provincia de Cáceres, organizada por la sociedad local deportiva de cazadores San Román en su coto de 700 hectáreas. Participaron un total de 80 puestos.

Creía que se trataba de una hembra: «Cuando lo abatí, no me lo creía»

El cazador explica que, nada más soltar los perros, comenzaron a salir jabalíes del lugar: «La verdad que fue un lance de infarto, porque el animal perdió dos veces a los perros y uno que tenemos puntero, el más pequeño que hay, fue el que finalmente se hizo con él y lo acorraló en un arroyo», explica sobre la valentía de su podenco.

Así vivió la primera parte del lance. Pérez relata que el inicio de la suelta fue realmente apasionante: «Soltamos los perros en una mancha muy espesa de jaras, y a unos 150 metros aproximadamente empezaron a salir jabalíes por todos lados», comienza explicando. «Había muchísimos y se escuchaban ladras por todos sitios. Según terminó un compañero de rematar un guarro pequeño, un podenco joven empezó a batir a este jabalí, y el animal pasó entre un compañero y yo», expone.

Comenzaba la batalla con el gran animal. Poco después comenzó la lucha con los canes: «Se lo llevaron unos 500 metros hasta un arroyo y fue ahí donde lo agarraron. Los monteros que lo vieron creían que era una hembra, pero al escuchar un fuerte jaleo, salí corriendo», relata aún emocionado el cazador.

Pensaba que se trataba de una hembra. «Nunca creí que sería un macho, y cuando fui a clavarle el cuchillo, me encontré el sorpresón. Tenía unos colmillos de escándalo. Y además tuvimos la suerte de que no había herido de gravedad a ninguno de los perros, por lo que acabé muy contento», confiesa Pérez. «Es una alegría como perrero haber vivido un lance así. Es, sin duda, el jabalí de mi vida», reconoce este cazador de 31 años.

El taxidermista, también sorprendido. El cazador explica que el taxidermista se llevó también una grata sorpresa, «porque pensaba que tendría mucho más por dentro, pero finalmente solamente tenía 15 centímetros de largo, aunque con una brutal anchura». «Fíjate que he visto en cercones animales con colmillos largos, pero no con esta anchura», reconoce por último el joven rehalero.