Una nueva publicación de la Asociación Americana para el Avance de la Ciencia ha cambiado radicalmente todas las creencias que los arqueólogos pudieran tener sobre el Homo Sapiens y su forma de vivir en territorio europeo hasta el momento. Y la caza es protagonista en este cambio, porque según los hallazgos que se recogen en este estudio, esta actividad estaba presente ya en Europa hace 54.000 años, según revelan las flechas encontradas en una cueva de Francia que data de esta fecha.

El lugar en el que ha sido encontrado el utensilio de caza, Grotte Mandrin, se encuentra cerca de Malataverne, en el valle del Ródano. Es una cueva que fue habitada por los primeros humanos modernos hace 54.000 años y donde este equipo de investigadores ha recuperado más de 300 pequeñas puntas de flecha. Los científicos creen que los habitantes de la cueva son los primeros Homo sapiens que llegaron a una región que durante mucho tiempo había sido el hogar de otro grupo de homínidos, los neandertales.

Casi 200 de las sorprendentemente puntas de flecha «mostraban patrones de impacto y daños que sugerían que alguna vez habían sido empujadas, lanzadas o propulsadas mecánicamente de alguna manera», según expone la descripción del estudio. Los artefactos más grandes medían 60 milímetros de longitud, mientras que los más pequeños eran de solo 10 milímetros. 

Además, estos hallazgos sugieren que armas como el arco y la flecha podrían haber sido dominadas durante, y no después, de la incursión de los humanos modernos en el territorio neandertal.

Dibujos de las puntas de flecha halladas. © Science

Se utilizaban para cazar animales de grandes dimensiones

Según el estudio, las flechas disparadas con un arco penetraron a mucha más profundidad —más de 25 centímetros— que las puntas lanzadas con un propulsor, y 10 de las flechas atravesaron por completo el cuerpo de las cabras monteses de la zona. Las flechas lanzadas a mano rara vez penetraban en la piel del animal, según señala el texto.

Aunque las puntas son de pequeño tamaño, el estudio detalla que se utilizaban para cazar animales relativamente grandes, como un caballo, un ciervo o un bisonte, cuyos restos se han encontrado en la cueva. Sin embargo, dijo que no descartaba la posibilidad de que se utilizaran como armas para causar daño a otros humanos.

Hay que tener en cuenta que los primeros indicios del uso del arco y la flecha surgieron en Sudáfrica hace 64.000 años. En este caso, estamos hablando de 10.000 años más tarde. Antes de este último descubrimiento, las primeras pruebas fehacientes del uso de arcos y flechas en Europa procedían de arcos de madera y flechas hallados en turberas del norte de Europa hace unos 12.000 años, según el estudio.

Más puntas de flecha halladas. © Science