El joven de 22 años Javier Mesa Ortiz abatió este espectacular gamo durante la pasada ronca en pleno Parque de los Alcornocales. El animal finalmente se quedó a tres puntos de erigirse como medalla de oro después de una larga mañana tras sus pasos. 
23/3/2019 | Redacción JyS 

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Javier Mesa Ortiz, con el gamo abatido. / J.M.

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Cayó de un disparo y era el primer gamo que Mesa abatía en su vida. / J.M.

A sólo tres puntos de erigirse como medalla de oro: así fue el gamo que el joven Javier Mesa Ortiz, de 22 años de edad, abatió en pleno Parque de los Alcornocales. Dio 176.2 puntos y fue un regalo de su padre, Rafael Mesa. Lo cazó después de seis horas tras sus pasos durante la ronca de la pasada temporada, en el mes de octubre. 
Al llegar al lugar, «vimos muchos gamos, lo que pasa que estábamos buscando uno que tuviese las palas bien, con buenas puntas y que no las tuviese rotas», explica Mesa. «Entramos mi padre y yo con el guarda y ya amanecimos en el llano. Es una dehesa muy grande y los gamos bajan del monte hacia la vaguada de abajo a empezar la ronca para querer aparearse». «Entraban muchos gamos, pero eran defectuosos y estábamos buscando uno bonito», comenta.
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Otra imagen del gamo. / J.M.

El lance

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Javier Mesa, con el guarda de la finca y el gamo. / J.M.

Tras dos horas esperando, se cambiaron a otra vaguada en la que había «bastantes muflones» pero no encontraban el gamo que finalmente consiguieron en otra zona, aunque sí vieron uno «muy destacable», pero le llegó el aire de los cazadores y salió huyendo.
Finalmente, «nos cambiamos de nuevo de zona y cerca de un arroyo fuimos recechando a ver si encontrábamos el que buscábamos». En una buitrera, al lado de unas piedras grandes, «dimos con este». Le entraron «poco a poco y desde una vaguada finalmente lo encontramos de frente. Me dijo el guarda que me esperase para asegurarme… pero llevábamos recechando seis horas y era el momento perfecto».
El disparo con su rifle Merkel y bala Winchester Silvertip de 95 grains hizo el trabajo perfecto. Lo realizó a a uno 180 metros, cuando el animal se quedó «de frente». Ahora dice que el lance no lo olvidará nunca. Y no le falta razón, un rececho junto a su progenitor consiguiendo su primer gamo muy cerca de ser medalla de oro y en pleno Parque de los Alcornocales no sucede todos los días.