Un documento publicado en el blog de la Academia de Ciencias Veterinarias de Murcia, con Juan Seva Alcaraz y Manuel Sanes Vargas como autores, alerta del peligro sanitario de ‘blindar’ a las palomas en las ciudades con la ley animalista que pretende sacar adelante el Gobierno.

El texto expone que «debemos ser muy conscientes de esas poblaciones en las ganaderías bovinas», y se refiere al anteproyecto animalista, que obligará a garantizar los «derechos» de ratas y palomas en las ciudades.

Seva y Sanes se preguntan si se podrá garantizar la sanidad animal y humana sin un control efectivo de las palomas y si será posible realizar un control efectivo de esas poblaciones sin su sacrificio. Y señala que esos animales, aunque forman parte de la biodiversidad de las ciudades, «cuando su densidad aumenta de forma desproporcionada se convierten en una plaga con capacidad de contaminar, deteriorar infraestructuras y patrimonio arquitectónico y transmitir enfermedades que generan riesgo para la salud humana».

Además advierten de que las heces de una paloma pueden llegar a pesar anualmente quince kilos «y son altamente corrosivas».

¿Qué dice exactamente la ley animalista a este respecto?

Una paloma bravía de las que abundan en las ciudades. © Shutterstock

Si revisamos el texto del proyecto de la ley animalista, podemos ver que el Gobierno quiere obligar a los ayuntamientos a controlar la fauna urbana «garantizando los derechos de los animales». Por lo que les instará a anteponer métodos que no supongan la muerte del animal, en este caso las palomas.

Concretamente es en el artículo 22.5. en el que la ley animalista establece que «las entidades locales antepondrán el control poblacional no letal de la fauna urbana en sus planes de actuación en materia de protección animal garantizando los derechos de los animales».