El programa taurino de Canal Andalucía Toros para Todos se caracteriza por mostrar todo lo que concierne al mundo taurino desde una perspectiva a la que no estamos acostumbrados. Su capacidad de meter sus cámaras hasta la mismísima «cocina» de toreros y ganaderías le permite sacar a la luz a menudo detalles desconocidos para el gran público. Esos «secretos» del día a día en el mundo del toro bravo que solo aquellos que conviven con él conocen.

Uno de esos detalles es el que grababan hace poco sus cámaras en la ganadería de Araúz Robles, en Cuenca, donde mostraban la curiosa forma que tienen de vacunar a un semental para que este no sufra estrés. Vacunar a los animales es necesario, pero para ello suele ser habitual hacer que entre en los corrales y pasarlo por un mueco en el que tenerlo inmovilizado para ponerle la inyección. Esto provoca mucho estrés al animal, que suele ser reacio a entrar en este tipo de instalaciones. Y no es nada agradable tener enfadado a un animal de 500 kilos con ese carácter.

Por eso, José Ángel Gil, el mayoral de la ganadería, opta por una fórmula mucho más relajada y que apenas molesta al animal: lo vacuna desde lo alto de un árbol. Para lograrlo, equipa su garrocha con una carga vacunal mientras un caballista va conduciendo a los toros para que pasen bajo la encina en la que él aguarda con el medicamento. La tarea no es sencilla, requiere mucha paciencia y habilidad. Suele ser habitual que el toro no pase por el lugar adecuado o que el mayoral no vea claro el golpe. Una vez que el semental se encuentra cerca de él este asesta un rápido golpe en el morrillo o en sus cuartos traseros para transferir el líquido de la jeringuilla al interior del cuerpo del animal. Un pequeño aguijonazo que apenas molesta al enorme toro sin generarle estrés.

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