En el siguiente testimonio, protagonizado por un antiguo guarda de Doñana, este narra las fechorías que los furtivos de jabalíes y ciervos llevaban a cabo en el ahora Parque Nacional. El documento gráfico data de 1985 y pertenece a un programa llamado ‘La primavera en Doñana’. En su primer capítulo, un guarda es uno de los protagonistas de la filmación. Éste era un espacio que, desde el citado año, contó con la dirección, el guion y la presentación de Manuel Garrido Palacios, siendo una producción de RTVE.

Andrés, el guarda de Doñana que aparece en las imágenes, explicaba en el reportaje cómo ‘cazan’ a los furtivos si los descubren: «Por radio llamamos al compañero, avisamos al ICONA, a la Guardia Civil, formamos una barrera… y casi siempre se cogen. Lo que pasa es que el furtivo a veces sabe más que uno». Detallaba además que solían perseguir jabalíes y que los abatían a cuchillo, preferiblemente de noche: «Si entran las escopetas, vienen al gamo o al venado». «Esta es una lacra que no se puede quitar de ninguna forma», advertía entonces.

Y explicaba también que en aquella época caían dos piezas semanales de furtivos en la Reserva; en el parque, más de tres diarias: «Unos se comen la carne entre ellos y otros la usan para venta», describía.

Las multas a los furtivos de los 80

«En el cuartel, si los pillan, le retiran la carne, le retiran el armamento y le ponen la denuncia. Si son las primeras veces les cae menos, pero las siguientes más. Pero, por ejemplo, si vienen entre cuatro, el responsable es uno, y el pago lo hacen entre los cuatro y tocan a menos. Por un jabalí la multa puede ser de 30 o 40.000 pesetas», señalaba el guarda, que detalló que anteriormente se dedicó a la albañilería pero que se fue de guarda porque le «gustaba el campo».

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