Durante los últimos años la actividad cinegética ha sufrido una serie de ataques anticaza en diferentes frentes con un único objetivo: acabar con ella. Como hacerlo de forma frontal y directa es prácticamente imposible, desde el mundo ecologista y animalista han trazado un plan para ir acabando con ella centrándose en atacar diferentes objetivos.

Este artículo es solo una parte de un amplio trabajo periodístico realizado por la redacción de Jara y Sedal en colaboración con las principales asociaciones del sector en el que mostramos quién está detrás de cada ataque, qué estrategia ha utilizado y qué ayuda se ha encontrado por el camino para llevarlo a cabo. Ya hemos hablado de los planes para acabar con la caza del conejo (Oryctolagus cuniculus) y la de la perdiz roja (Alectoris rufa)Hoy es el turno de la codorniz (Coturnix coturnix).

¿Quién ha diseñado el plan?

SEO/BirdLife y Unidas Podemos.

¿Quiénes son los ejecutores?

Los gobiernos autonómicos, que han ido disminuyendo los cupos de captura sin plantear otras medidas.

Directiva sobre Aves, Ley del Patrimonio Natural y de la Biodiversidad y Catálogo Español de Especies Amenazadas en Peligro de Extinción.

Codorniz
Codorniz. /Shutterstock

¿Cuál es el plan para prohibir la caza de la perdiz roja?

  • En el año 2020 la organización SEO/BirdLife la nombra Ave del año. Ese mismo año SEO/BirdLife y Unidas Podemos solicitan al Gobierno su inclusión en el Catálogo Español de Especies Amenazadas.
  • En estos últimos años, algunas comunidades autónomas han ido disminuyendo progresivamente los cupos de captura.
  • Recientemente, SEO/BirdLife ha solicitado a la UICN la inclusión de la especie en la Lista Roja.
  • El propósito de SEO/BirdLife es que el Gobierno Central le incluya en el Catálogo Español de Especies Amenazadas en Peligro de Extinción y las comunidades autónomas aprueben planes de recuperación de la especie, lo que conllevaría la prohibición de su aprovechamiento cinegético en todo el territorio nacional.

Los datos de SEO/BirdLife no cuelan

Es otra de las especies afectada por el cambio de usos en los hábitats agrícolas, si bien ha sido capaz de adaptarse a las nuevas oportunidades haciéndose residente en el suroeste de la Península Ibérica –principalmente Extremadura y Andalucía– y habitando también en verano muchas zonas de montaña. La Comisión Europea intentó desarrollar un plan internacional de gestión hace unos años, y es otra de las especies que podrían ir detrás de la tórtola. Desde hace años, varias organizaciones de ‘conservación’ claman a favor de la prohibición de su caza, una medida que no tiene sentido para los científicos que llevan décadas estudiándola. 

Existe controversia sobre cuántas codornices hay en España, tanto en verano como en invierno, aunque los datos de SEO/BirdLife, de 230.000 ejemplares, no cuadran, pues cada temporada se cazan muchas más: 1.040.426 en 2018, según el Anuario de Estadística Forestal. De hecho, según los datos del primer año de trabajo del proyecto Coturnix de Mutuasport, la especie mantiene un buen nivel de abundancia en España, con una estimación de 3,2 millones de ejemplares. Si la codorniz es un ave ligada a los hábitats agrícolas, no ‘cuela’ que se diga que la caza es un factor al mismo nivel que la pérdida de hábitat. Y tampoco que se argumente que la suelta de codornices de granja puede perjudicar a las codornices, amén del exiguo porcentaje de codornices de granja que logran cruzarse con las silvestres y su poca supervivencia tras la suelta –no estando generalizadas las sueltas en todos los cotos–.  

No debemos olvidar que, como la tórtola, es una especies migratoria que cuenta con aprovechamientos poco regulados en las zonas de invernada y que, por tanto, está condicionada también por esta circunstancia que debería ser abordada de forma integral. Por otra parte, el incremento de zonas verdes en el norte de África dedicadas a la agricultura de regadío ha mejorado notablemente la calidad del hábitat para ambas especies, lo que está provocando que, en los últimos años, exista un número creciente de ejemplares que nidifican y no atraviesan el Mediterráneo –por lo que no podemos echar la culpa de todos los males a Marruecos–.

Codorniz común.
Codorniz común. ©Shutterstock

Cazadores por la codorniz

Mutuasport, la mutua de seguros de los cazadores, trabaja activamente junto a las federaciones autonómicas de caza, la Fundación Artemisan y la Real Federación Española de Caza en proyectos científicos para proteger y conservar la actividad cinegética. Uno de estos proyectos es Coturnix, que ha arrojado datos significativos como la gran participación de los cazadores de toda España: gracias a ellos se recogieron más de 10.000 muestras de codorniz y 2.213 encuestas, se han recuperado y dado de alta a 97 codornices anilladas… 

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Estas muestras y encuestas fueron enviadas al Departamento de Ciencia Animal de la Universidad de Lleida, donde han sido analizadas una por una por el doctor Jesús Nadal, director científico de Coturnix. Dicha información reportará datos fiables y contrastados por profesionales del sector que arrojarán luz sobre la dinámica de la especie y los factores que justifican una distribución diferencial entre las diferentes épocas y territorios, siendo esta la mejor forma de seguir trabajando en la defensa de esta pequeña ave que el mundo de la caza tanto aprecia.

Coturnix arrancó en 2020 y se va a desarrollar durante cuatro años con el objetivo de consolidar una red de colaboración entre cazadores y científicos que aporte datos de capturas de codorniz recogidas en todo el país, constituyendo la mayor base de datos e información sobre la codorniz en España y seguir trabajando por un aprovechamiento cinegético que garantice el futuro de la caza sostenible de esta especie.