Las autoridades de Reino Unido están investigando una filtración de datos por parte de un grupo animalista que podría poner en riesgo a 110.000 usuarios legales de armas de Gran Bretaña. En concreto, los nombres, domicilios y datos de contacto de 111.295 personas que poseen armas de fuego en el Reino Unido han sido robados y filtrados a través de Internet por este grupo radical.

La filtración, de la que ha informado el sitio web de The Register y de la que se han hecho eco medios como Daily Mail, procede de las personas que han utilizado la plataforma de venta de armas online Guntrader, que mantiene registros de todas las transacciones. Los activistas han robado el archivo de datos y lo han colocado en un mapa digital, mostrando así la ubicación de los propietarios de las armas.

Los animalistas difundieron los datos en un blog

La Agencia Nacional del Crimen ya se encuentra investigando la filtración, que podría afectar a la seguridad de muchos de los propietarios de armas de Gran Bretaña. Fue el pasado mes de julio cuando los activistas publicaron los datos personales en un blog, diciendo a sus seguidores que «contacten con tantos propietarios como puedan en su área y les pregunten si están involucrados en disparar contra animales».

En ese momento, la Asociación Británica para el Tiro y la Conservación instó a sus miembros a «estar atentos a la seguridad de sus hogares» tras la filtración de los datos. El sitio web de Guntrader advirtió sin embargo que cuenta con un «registro electrónico completo de armas y municiones» que lo promociona como el «sistema de registro de armas más seguro y protegido del mercado actual».

No obstante, en su declaración inicial en julio, responsables de Guntrader afirmaron que no se captó información sobre la «ubicación de las armas de fuego», pero reconocieron que sí se habían filtrado los nombres y direcciones de los usuarios.

Un caso que ya ocurrió en España en 2019

El grupo ecoterrorista Frente de Liberación Animal (FLA) se atribuyó en 2019 un nuevo ataque en el que hackeó y borró varias webs dedicadas a la caza, un hecho que ha sido confesado por el propio colectivo animalista, pero lo más grave es que publicó datos personales de miles de cazadores. Esos datos recogen los nombres, documentos de identificación personal, licencias de caza, direcciones de email y otras informaciones de miles de cazadores que fueron robadas de una base de datos.