El pasado domingo, 18 de febrero, dejó la noticia de la quinta mayoría absoluta consecutiva del Partido Popular en Galicia. Más de 700.000 votos y el 47,3% de los mismos le han permitido hacerse con 40 escaños. Esta cita electoral , además, ha supuesto un nuevo declive del animalismo.
Junto al triunfo de los populares hay que destacar que el BNG se ha conformado como la alternativa y ha batido un récord en su historia con 25 diputados y un total del 31,5% de las papeletas.
El PSOE ha sido el principal perjudicado de estos comicios con, tan tolo, un 14% de los votos y nueve diputados. Por su parte Democracia Ourensana ha protagonizado la gran novedad del domingo. Con 15.300 votos y un escaño ha completado la lista de las cuatro fuerzas que darán forma al Parlamento gallego.
La derrota del animalismo en Galicia
El resto de los partidos se ha quedado muy lejos de alcanzar ese 5% que les permite entrar en el reparto de escaños. Entre esas formaciones se encuentran algunas de las que han presumido abiertamente de sus valores animalistas.
En el caso de Sumar Galicia, este partido ha quedado sepultado con un 1,9% y 28.000 votos. De la misma manera, Podemos, después de rechazar ir en coalición con los de Yolanda Díaz, ni siquiera llegó a los 4.000 votos y se ha quedado con un 0,26% del sufragio.
Incluso por delante de estos últimos se ha quedado tras el recuento el Partido Animalista (PACMA), que también ha perdido votos. En total, esta formación ha sumado poco más de 5.000, casi un 12% menos que en 2020.
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Cabe recordar que, entre las propuestas del PACMA se encontraba la modificación de la Ley de Bienestar Animal para incluir en ella a los perros de caza. Asimismo, defendían que «los gatos integrantes de las colonias, además de ser identificados y esterilizados, tengan asegurada tanto la alimentación como la atención y los tratamientos veterinarios que requieran».
A la vista está, dado los resultados de estas elecciones gallegas, que gran parte de la población, en contra de lo que aseguró hace unos días José Ramón Becerra, el nuevo director de Derechos de los Animales, no apoya esas iniciativas animalistas que suelen cargar contra el mundo rural y la caza.