Joaquín Vera, de 58 años de edad, paraba el tractor en la finca Roales -en la Vega de Carmona (Sevilla)- se bajaba de éste y evitaba el atropello de una perdiz seguida de 19 pollos. Las imágenes que grabó poco después se han convertido en virales. Él mismo nos cuenta cómo sucedió todo. 
13/5/2019 | Redacción JyS 

agricultor perdiz
El agricultor y la perdiz, durante el vídeo. / Facebook

Este fin de semana se hacía viral el vídeo en el que el agricultor sevillano Joaquín Vera, de 58 años de edad, paraba el tractor en la finca Roales, en la Vega de Carmona (Sevilla), se bajaba de éste y evitaba el atropello de una perdiz seguida de 19 perdigones. Ese momento gráfico emocionó a los internautas, que loaron la actitud del agricultor que en su juventud también fuera cazador, según nos ha relatado.  
Las imágenes de la perdiz que no abandona a sus perdigones y que muestra el propio agricultor a cámara las grabó el pasado sábado. «Aquel día estaba arreglando los caminos, ya que se acerca la campaña del cereal y me gusta pasarle la cuchilla a las vías rurales, poniéndolas a tono para que los remolques entren bien a todas las zonas en la época de la siega», ha declarado para Jara y Sedal.
En ese momento, vio una perdiz con perdigones que iban por el camino, por lo que empezó a grabarla. En un momento dado, tuvo que parar el tractor porque no se levantaba el animal de delante de la máquina. Vera se bajó para no pillarla y descubrió la enorme cantidad de perdigones que la seguían. «Me eché abajo por curiosidad y vi que se metió en una zona de avena, en un forraje… y el vídeo lo dice todo», añade Vera para este medio.
«Nunca se me había dado ese caso, y eso que he me encontrado muchísimas veces con aves en ese estado por mi trabajo. Me extrañó mucho. Estaba a un metro de ella y no levantaba. Se metió en el forraje, fui a tocarla y en ese momento comenzaron a salir un montón de perdigones…», sigue explicando el agricultor.
La pasión cinegética, aunque ya no la vive directamente, sí que la disfruta de forma indirecta, pues su hermano ha sido campeón en Andalucía de caza menor. Además, como buen agricultor amante del medio ambiente, está en contacto constante con los forestales y con el SEPRONA para avisar de cualquier hecho que ocurra en el entorno en el que desarrolla su actividad laboral: «Por este gesto me ha llamado gente de toda España para felicitarme, pero yo no hice nada más que mi deber. No he hecho nada del otro mundo, sino algo que debería ser normal en cualquier cazador, cuidar el Medio Ambiente».
Al primero al que le mandó el vídeo fue a su hermano. «Lo que me dijo es que le daba una satisfacción enorme que haya hecho eso, pero de verdad que es mi obligación. Es algo normal, se trata de cuidar el campo, se trata de cuidar a lo que los agricultores nos debemos», afirma tras la repercusión obtenida por las imágenes.
A continuación te mostramos el vídeo original que grabó el agricultor, si es que aún no lo has visto. 
 

El otro vídeo viral de un cazador con un macho de perdiz en su coto

Las imágenes el pasado mes de marzo de un cazador acercándose a un reclamo mientras una pareja de perdices salvajes a escasos centímetros defiende su territorio tampoco no dejaron indiferente a nadie. Y es que desde que saltara a las redes sociales ningún cazador se puso de acuerdo para describir lo que estaban viendo y los internautas no entendían su actitud. Te contamos aquí todo lo que ocurrió.

¿Cómo salvar a animales salvajes durante la cosecha?

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Esta nueva tecnología incluye una barra con sensores infrarrojos instalada en las cuchillas que detecta la posible presencia de animales refugiados. / Facebook

La pasada semana, desde Jara y Sedal nos hacíamos eco de cómo el fabricante austriaco Pöttinger desarrolló Sensosafe, un sistema de detección de corcinos que puede instalarse en cosechadoras y aperos agrícolas que utiliza tecnología infrarroja y avisa de su presencia. Estos animales son los más propensos a resultar heridos o muertos al ser cortados en el momento de la siega, ya que el corzo cría ya con el pasto alto y deja a sus crías durante largas horas para no dar pistas de su presencia a potenciales depredadores como el zorro.