Este dispositivo incluye una barra con sensores infrarrojos que puede instalarse en aperos agrícolas y que detecta la presencia de animales refugiados entre la siembra. Miles de corcinos podrían salvarse gracias a este sistema. 
6/4/2019 | Redacción JyS 

corcinos
Esta nueva tecnología incluye una barra con sensores infrarrojos instalada en las cuchillas que detecta la posible presencia de animales refugiados. / Facebook

El fabricante austriaco Pöttinger ha desarrollado Sensosafe, un sistema de detección de corcinos que puede instalarse en cosechadoras y aperos agrícolas que utiliza tecnología infrarroja y avisa de su presencia. Estos animales son los más propensos a resultar heridos o muertos al ser cortados en el momento de la siega, ya que el corzo cría ya con el pasto alto y deja a sus crías durante largas horas para no dar pistas de su presencia a potenciales depredadores como el zorro.
Esta nueva tecnología incluye una barra con sensores infrarrojos instalada antes de las cuchillas que detecta la posible presencia de animales refugiados entre la siembra. Tan pronto como los sensores detectan un animal, se envía instantáneamente una señal a la hidráulica de la máquina y ésta eleva automáticamente el apero sin la intervención del conductor. Este dispositivo salva a los animales, sobre todo a corcinos, a la vez que evita que la hierba cortada sea contaminada por cadáveres cuya descomposición hace que las bacterias proliferen.
Según el fabricante, este sistema «funciona de manera infalible, incluso a pleno sol, por la noche o al atarceder», ha señalado a Videos de Chasse. Este es el vídeo explicativo:

Pöttinger SENSOSAFE Tiererkennung

Mit der weltweit ersten automatisierten Tiererkennung SENSOSAFE können Rehkitze beim Mähen rechtzeitig erkannt werden.

Gepostet von agrarheute am Donnerstag, 16. November 2017

El «Proyecto Corcino 2019» de la Asociación del Corzo Español

Proyecto Corcino 2019
Cartel del Proyecto Corcino 2019. / ACE

Como cada año, con la llegada de la primavera son muchos los corcinos que, ocultos entre la vegetación, perecen víctimas de la maquinaria agrícola, de perros incontrolados o son recogidos, de forma inconsciente, por personas que desconocen el comportamiento reproductivo del corzo.
Temporada tras temporada vemos cómo son cientos de corcinos los que entran en los centros de recuperación de fauna, entregados por personas que, con la mejor intención, piensan que los están salvando la vida cuando, en el mejor de los casos, si logran salir adelante quedarán inhabilitados para su vuelta al medio silvestre. Por otro lado, pensemos que solamente nuestra simple presencia junto a él en el campo, puede alertar a otros predadores de su ubicación, favoreciendo, inconscientemente, que el joven corzo sea predado con mayor facilidad.
Desde hace ya más de 15 años, coincidiendo con la venida al mundo de los corcinos, la Asociación del Corzo Español intenta llegar a todos los colectivos que, de una u otra manera, tienen relación con el campo, para evitar su muerte gratuita o su troquelado irremediable en entornos humanos.