La manifestación en defensa de la caza y el mundo rural celebrada el pasado domingo 20 de marzo en Madrid consiguió congregar a unas 800.000 personas, la mayoría de ellos cazadores, fácilmente identificables estos últimos por acudir ataviados con prendas naranjas formando una gran marea de manifestantes que colapsó la Castellana madrileña.
Las gran afluencia de manifestantes dejó imágenes imborrables que el equipo de Jara y Sedal (formado por Israel Hernández, Amable González y Ángel Vidal) inmortalizó con sus cámaras.
Varios cazadores ofrecen jamón a reporteros de La Sexta, medio de comunicación que también ‘olvidó’ la multitudinaria presencia de los cazadores en la manifestación.
Los cazadores trataron de que se visualizara su presencia a toda costa tiñendo Madrid de naranja.
Varios influencer del mundo rural sostiene un cartel en la Castellana de Madrid contra el «ecologismo de despacho».
Multitud de aficionados andaluces, en este caso de Málaga, se desplazaron hasta la capital española para decir basta.
La marea naranja inundó las calles de Madrid. Aficionados asturianos protestaron contra la prohibición de la caza del lobo argumentando que son múltiples ya los casos del ataque del cánido a sus perros de caza durante las batidas.
Los perros de rehala también estuvieron presentes en Madrid durante el 20M para reivindicar su derecho a gestionar sus perreras sin tanta burocracia de despacho. Muchos protestaron ante la hipocresía del Gobierno tras prohibirles cortar las orejas y rabos a los cachorros por cuestiones sanitarias para ahora quererles obligar a castrarlos.
Los cazadores formaron una gran marea naranja que se extendió a lo largo de varios kilómetros.
José María Gallardo, presidente de la Federación Extremeña e Caza, junto a Benito Manzano, delegado de silvestrismo de la región, modalidad recientemente prohibida.
José María Mancheño, presidente de la Federación Andaluza de Caza y de Mutuasport junto a José María Gallardo, presidente de la extremeña, durante la protesta del 20M en Madrid.
Durante el 20M fueron muchas las personas que se acercaron a la capital española, entre ellas los máximos responsables de todas las federaciones de caza autonómicas.
Los cazadores inundaron la Castellana de Madrid gritando y protestando en defensa de la actividad cinegética.
Manuel Gallardo, presidente de la Real Federación Española de Caza (RFEC) durante el discurso que protagonizó frente al MITECO en el escenario preparado para la lectura del manifiesto.
Los cazadores pidieron la dimisión de Teresa Ribera en algunas de sus pancartas.
Varios cazadores destacan en una pancarta la gestión de los ecosistemas que se realiza con la caza.
Cazadores de todos los rincones de España gritaron sí a la caza unidos en una manifestación histórica.
Jóvenes cazadores aseguran defender su afición a toda costa. El relevo generacional también se hizo patente en el 20M.
Los aficionados a la cetrería también estuvieron presentes en Madrid el pasado domingo.
Varios aficionados a la caza defienden gestionar la tórtola y no prohibir su caza, como ha sucedido en toda España.
Los aficionados a la caza con galgo también protestaron por la ley de bienestar animal que pretende aprobar el Gobierno.
José María Mancheño junto a otros cazadores frente al MITECO.
Diferentes sociedades de cazadores destacaron durante le 20M que «la caza es vida».
La Sociedad de Cazadores de Ayamonte (Huelva) también se desplazó a Madrid para decir «No a esta Ley de Bienestar Animal».
Varios aficionados madrileños sostienen una pancarta en defensa de la caza y el mundo rural.
Una joven cazadora sostiene una pancarta y a su perro mientras defiende la caza en libertad.
Una madre galguera y su hija durante la manifestación del 20M.
Aficionados a la caza de todos los rincones de España portaron los carteles editados por Jara y Sedal con un mensaje claro: «Stop dictadura animalista».
Una mujer y un niño durante la protesta del 20M en Madrid.
La Sociedad de Cazadores y Monteros de Trigueros (Huelva) tampoco quiso perderse la cita del 20M.
Cazadores protestando con diferentes carteles durante el 20M.
Luis Fernando Villanueva, director de la Fundación Artemisan, durante una entrevista en el 20M.
Cazadores, ganaderos y agricultores, protestaron en hermandad por los derechos del mundo rural.
Los galgos también estuvieron presentes en la protesta del 20M.
Felipe Vegue, presidente de ARRECAL y de la ONC, durante una entrevista en el 20M.
Un rehalero toca la caracola durante la protesta.
Multitud de jóvenes aficionados se desplazaron hasta Madrid para dejar claro su condición de cazadores y su lucha contra la reforma del código penal y el anteproyecto de ley de bienestar animal.
Varios cazadores levantan carteles contra el animalismo mientras hacen sonar sus silbatos.
«Nuestros perros son felices cazando, no castrándolos», reza este cartel de cazadores procedentes de Picos de Europa.
Miles de cazadores tratan de avanzar en una manifestación que colapsó la Castellana madrileña.
Cazadores asturianos provistos de cencerros alzan la voz en defensa del mundo rural.
Multitud de cazadores vascos también estuvieron presentes en Madrid para defender su afición.
Los más pequeños también estuvieron presentes. A la izquierda, el conocido rehalero Perico Castejón.
Desde Teruel se desplazó este grupo de aficionados a la caza.
Multitud de carteles y pancartas solicitaron la dimisión del Gobierno debido a sus leyes anticaza.
Cazadores protestan contra «las políticas conservacionistas de la Unión Europea».
Multitud de pancartas clamaron contra la obligación de la castración de los perros que vayan a tener contacto con el exterior que se incluye en el anteproyecto de ley de bienestar animal y que obligaría a todos los cazadores a hacerlo.
Los cazadores protestaron contra la ‘invasión’ de ecologistas en el Gobierno de España.
Según datos de la organización alrededor de 600.000 cazadores se dieron cuta en Madrid durante el 20M.
José María Gallardo, presidente de FEDEXCAZA, y José María Mancheño, presidente de la FAC, durante la protesta.
Los cazadores, encantados de posar para las cámaras de Jara y Sedal. El buen ambiente reinó en la manifestación en la que no se tuvieron que lamentar altercados de ningún tipo.
El color naranja de la vestimenta de los cazadores demostró el gran poder de convocatoria del sector.